(Escrito en Febrero del 2007)
Nacho tenia muchisima plata y 34 años, cuenta que con lo producido en un día se podía comprar un camión cada dos días o una casa semanal, era la Colombia de otro tiempo, en los años 50s se podía hacer plata en un año trabajando, se podía uno quebrar y salir adelante, Magangue era un pueblo caliente (igual que hoy en día) pero prospero y centro de comercio.
Nacho recorría el país con sus camiones de carga, llevando de un lado a otro Café, arroz... lo que fuera, en un tiempo que la marihuana se daba silvestremente y no era negocio cultivarla. Por tal motivo era el perfecto partido para cualquier niña viva del pueblo, dice que ya había "llevado" de su casa a unas cinco mujeres para la época y no importaba su fuerte acento libanes ni que bebiera whiskey todos los días, ni que en sus farras contratara una papayera toda la noche y sacara tres putas del mejor prostíbulo para que le hicieran compañía... no, en realidad tenia dinero y pinta para que eso no importara.
Un día paso por uno de los almacenes de telas de sus paisanos y vio a una linda mujer que leía... le pregunto a su compadre como se llamaba... "esa es la hija del viejo Elias Cure, la niña de sus ojos y el viejo es muy bravo y celoso, se llama Nadime"... el viejo Nacho que no le comía cuentos a nadie entro y le pidió un par de medias, milagrosamente en ese almacén de telas vendían medias.
Dice el que le dio las medias mas feas que habían, pero a el no le importo.
- Señorita, le gusta leer?
- Si, bastante - contesto ella y hoy asegura que en las tardes no había nada que hacer aparte de leer.
- Pues yo tengo un libro que le voy a regalar - contesto el, le costo $35 y se llama El Guardián (el libro aun existe), un libro medico que explica enfermedades comunes y sus curas.
Y se lo regalo, desde ese tiempo la empezó a visitar y en un pésimo español le escribía cartas de amor durante sus viajes, el amor de aquella época tenia mas de ilusión que de realidad, mas de suspiros que de besos.
Sin embargo, el viejo Elias no necesitaba el dinero de Nacho, tenia suficiente y reprochaba la relación de su hija con ese "mujeriego borracho" de Nacif, así que trataba de todas las maneras de evitar que su hija se viera con él... pero toda historia de amor tiene su alcahueta, su celestina, y en este caso fue la mamá de Nadime, quien ayudaba a los enamorados a verse, claro, con ella en la misma habitación.
Y resultó que Elias nunca dio el permiso para que se casaran, Nacho desesperaba y un día que ella estaba de vacaciones en Barranquilla para unos carnavales el le pidió que se casaran, Nacho fue a la iglesia y llevo los papeles de los dos, pero no se había confesado desde su primera comunión así que el cura le exigió que lo hiciera, en plena confesión el padre le pregunto si alguna vez se lo había comido otro hombre (porque le pregunto eso? pregunte yo en ese momento de la conversación... no se, a lo mejor el marica era el y yo le guste, contesto) a lo cual Nacho, que nunca salia sin su revolver lo encañono, el Cura se asusto tanto que le dijo que no era necesaria la confesión, que el los casaba.
Martes de Carnaval en esta ciudad del caos, en el día mas desordenado de la ciudad, con no mas de diez testigos, Nadime había recibido un Marconi el día anterior avisando que su padre venia por ella el miércoles, tarde para evitar el destino de su hija... así se casaron Nacif y Nadime.
Y paso un año, pasaron diez, pasaron cincuenta... y el tiempo es el tiempo, nunca deja de pasar para quienes viven.
Quisiera decir que fueron felices por siempre, pero no seria cierto, la felicidad es como el amor, no dura por siempre, pero el valor de quedarse con alguien por siempre a pesar de problemas, a pesar de dolores, a pesar de la esperanza de tener a alguien mejor, tal vez sea mas grande que el amor y la felicidad... ese valor que mi generación (y las que nos siguieron) olvidó, porque de allí en adelante fuimos personas de amores efimeros y alegrías instantáneas, con capacidad de amar y dejar de amar como apagar la luz, nos dimos cuenta que el amor no era para siempre... y es cierto, pero antes no lo sabían.
11 jul 2008
... Y fueron felices por siempre.
Narró:
Jaime Diaz
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario