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27 sept 2011

El mejor día de la vida

Yo no sabía, pero cuando toqué las calles húmedas me enteré de lo que era la soledad.


Toqué la soledad porque es que así dicen que es, húmeda, triste, fría y vacía. Sin embargo a mi lado tenía la persona que más amé en el mundo, y con él, la soledad, aunque la tocara, desaparecía. Él pasó la noche anterior acariciando mis pies, tocando el borde de mi cama, que se parece mucho al borde de la muerte, y es que un mesón lleno de flores y muñecos de felpa debería ser algo así como un jardín e inmensos cariños de la gente que amas o de la gente que te ama, algo así, además de una cama caliente, una taza de chocolate que no debo probar, pero ya qué, es el mejor día de mi vida y lo pienso disfrutar, y así debería ser, sin ningún borde de muerte, sin ninguna cama caliente, disfrutando de un "afuera" helado, lleno de charcos de agua que podrían acabar con mi existencia, pero así fue, el mejor día de mi vida y el último de mi existencia.

Para mí es ridículo contarles como comenzó a caer mi cabello, cuando me veía al espejo y ya notaba inmensos terrenos de piel pálida, ahí donde debería haber una brillante y abundante cabellera castaña oscura, como noté que mi piel se aclaraba a medida que transcurría el tratamiento, y la soledad, esa soledad tan distinta a pesar de estar rodeada de la familia, amigos y aquellas personas que amaba, cuando ya no queda más vida sino invitar la muerte, enterarse que ella ya hace parte de uno y tragarse las lágrimas del día frente a visitas inesperadas, para soltarlas en la noche, cómo después de una decaída me internaron y mi habitación cambió a una fúnebre habitación de hospital, con la frialdad del aire acondicionado y un intento fallido de adornos florares y los peluches que adornaban mi cuarto, donde debería parecer un jardín, las estúpidas flores me recordaban el cementerio y los ridículos muñecos perdieron su valor, porque es que ya no hay nada más valioso que eso, que la vida que ya perdía y dejaba ir.   

Comenzó la vida después de la muerte.

Él no dejaba de mirarme, se pasó todo la noche detallandome, lo noté porque hace días ya no duermo; me dedico a mirar por la ventana. Y depronto algo pasa... Esta es la soledad y mi ángel era él, que acarició mis manos. Yo que ya no podía decir nada, mis ojos hablaron por mí.. Y él los leyó, supo escuchar, es mi último día contigo, mi última noche vivida y quiero disfrutarla junto a la lluvia, junto a un cálido amanecer, junto a ti. Así que se armó de valor y fuerzas para cargarme y colocarme en una silla de ruedas, cubrirse el rostro como un doctor y esquivar un par de enfermeras.

Usted se equivocó si pensó que éste cuento se trataba de mí, cuando era él quién se jugó su libertad por verme feliz. Yo también supe leer sus ojos, esa mirada de miedo e incertidumbre mientras salíamos por la puerta trasera del hospital y junto a un gran árbol quedamos, esperando el día aparecer, esperando la muerte llegar, esperando y diciendo con felicidad: Este es el mejor día de mi vida.

Gracias, Gabriel.

27 abr 2011

Él la amó hasta el día en que se marchó.

Recuerdo la última vez que vi tus ojos.

-¡Dariela!- Gritaba para que pudieras escucharme desde el segundo piso.

Tú y tus melenas alborotadas por encima de tus hombros, de tantos colores ya no sé cuál es el natural.

-Uno, dos, tres, cuatro... ¿Cuántos panes piensas llevar?-
-Los necesarios para no morir de hambre.
-No mueres de hambre tú, pero sí media población del país.
-Jajaja.. ¡No inventes! Son poquitos. ¡No me guardes comida!- Así se fue tu voz y la puerta que tiraste para cerrar.

Aquella noche no dormí, pensándote; no dormí, llorándote; no dormí, odiándote y odiando cada palabra que no dijiste al marcharte, cada sentido que perdiste, porque los perdiste todos estando viva, incluso también cuando moriste. Y es que los panes sirven para los locos después de haber sido arrollada por un auto y la llamada que recibí sirvió solo para que dijera que no cerraran tus ojos hasta yo llegar.

Y así los vi, por última vez, confirmando el brillo que ya no está por falta de tu espíritu, y el color de tu cabello parecía igual al pavimento.

25 ene 2011

Tatiana

Tatiana era una mujer espectacular, como pocas existen en este planeta. La adoré en mis pensamientos más diáfanos y también en mis pensamientos más corruptos. Era imposible no hacerlo. Hermosa morena…

Tatiana tenía la valentía para hacer cosas que yo no podría hacer. Probablemente más disciplinada, estudiaba para administrar negocios en el extranjero y para conocer cómo el Derecho los regulaba. Morena, disciplinada y bella…

En las lejanas tierras neoleonesas, Tatiana comenzaba a vivir una experiencia fascinante en la vida de cualquier estudiante universitario. Había viajado miles de kilómetros para descubrirse como hispanoamericana frente a aquellos hispanoamericanos que parecen tan distintos. Estaba cerca de aprender que nuestras diferencias son apenas formales. Morena, disciplinada, bella y curiosa…

Quise hacerla mía, al igual que muchos otros hombres que no podían resistirse a sus profundos ojos oscuros que parecían pozos infinitos de ternura y lujuria mezcladas. La quise y quise quererla. Quise que me quisiera, o al menos, que quisiera quererme, pero la vanidad de los hombres me hizo explorar nuevos horizontes después del rechazo. Morena, disciplinada, bella, curiosa y deseada…

Hoy Tatiana está más lejos que nunca de mis deseos, mis angustias, mis palabras y mis ideas. Tatiana es ahora inalcanzable de manera tan triste, que la rabia y la confusión nublan mis pensamientos. Mi pensamiento está nublado como al parecer estaba aquella atmosfera regiomontana que no permitió a Tatiana ver la contundencia con la que la vida pretendía recordarnos a todos la fragilidad de la existencia. Morena, disciplinada, bella, curiosa, deseada y… Muerta.

(En memoria de Tatiana Castañeda Godoy).

Soundtrack: Promenade dans le jardin - La Belle et la Bete - Philip Glass

17 dic 2010

Un hombre de buena fe II: In memoriam Carolus Magnus

(Click para leer la primera parte del cuento "Un hombre de buena fe")


Lo más irónico de la historia, es que la muerte realmente tenía razón. Nadie representa para ella más que un fulano más y eso lo había visto en seis ocasiones nuestro héroe durante el año que está por terminar. En especial dos de esas muertes fueron impactantes para él.

La primera vez, fue la muerte de su tío. Al menos la genética decía que lo era, aunque las relaciones hace rato habían probado lo contrario.

Carlos Sánchez era un hombre extraño dentro del contexto de su familia. Uno de aquellos individuos que a los ojos de sus víctimas eran la personificación del mal, pero que ante el espejo podían verse confiando en que eran hombres de buena fe. También tenían sus ambiciones, sus metas, pretendió alguna vez conquistar el mundo. Su esposa fue hermosa. Deseada por muchos. De aquel tipo de mujer que huele como la carne recién preparada para aquellos hombres que viven en una alerta permanente por encontrar mujeres que puedan llevar a la cama.

Seguramente Carlos pensó lo mismo cuando la vio por primera vez. Nuestro héroe al pensar en la situación llegó a preguntarse si en verdad Carlos alguna vez se había sentido como una buena persona o si alguna vez se sintió como una víctima. Si él era capaz de sentir alguna cosa buena.

El horror de sus últimos días, le fue contado a Divius por su otro tío, Matías. Al parecer, viejo y amargado, Carlos se había encerrado en el oficio que había aprendido tras haber sido despedido del único empleo que tuvo por robar a sus jefes. Y es que desde hacía varios años, Carlos había perfeccionado su técnica y conocimientos en la reparación de computadores. Murió por una falla al corazón. Un doloroso infarto que se desarrolló por lo menos durante 24 horas. O eso le dijeron.

Su hijo no quería asistir a su funeral. Carlos Mauricio decía, que él había sido su progenitor, más no su padre. Esta frase le fue dicha a Divius por su primo, cuando intentaba convencerle que asistir al funeral era un gesto de apoyo a su madre y no de honrar la memoria de su “progenitor”. Se la dijo aquella noche, mientras comía Chop Suey y veía novelas mediocres en televisión. Realmente no parecía afectarle. De alguna manera, era envidiable.

En efecto, Divius, aunque lloró amargamente cuando se encontró con su propio “progenitor”, en la sala de espera de la funeraria donde estaban preparando el cadáver de su tío, no lloraba por la muerte de él, sino por una idea abrumadora: pensó que nunca se enteraría del día de la muerte de su padre. Y que tampoco se enteraría de su muerte. Visto desde la perspectiva de un espectador en una sala de cine, la escena era simplemente demasiado trágica para no llorar amargamente, pues Divius, quería a su padre, aunque fuera consciente de que solamente fuera su “progenitor”.

La segunda muerte que estremeció a Divius, ocurrió la mañana del 17 de diciembre de 2010. Carlitos Figueroa, un hombre gentil – en la acepción de la palabra que comúnmente podemos encontrar en la Biblia – había fallecido después de más de una semana de haber sido hospitalizado. Las causas de su muerte se desconocen en el instante en que estas líneas fueron escritas. Sin embargo, las ideas no dejan de fluir en la mente de nuestro héroe.

Carlitos era de aquellos hombres para los cuales la ingeniería del alma era como la de una catedral gótica. Aunque podía ser inmensa, era bella. Y a pesar de su tamaño, nunca colapsó. O Divius nunca lo supo, pues en las pocas veces que compartió con él, siempre hubo generosidad.

De niño, Carlitos muchas veces se ofreció a colaborar con diligencias del pequeño Divius. Si era necesario ir al colegio, si era necesario ir a entregar un documento. Y cuando se trataba de visitarlo, las pocas veces que lo hizo, eran visitas realmente agradables. Llegó a su vida en el cambiante 1997, cuando la primera migración de nuestro héroe tuvo lugar, desde su pequeña burbuja provincial donde incluso el crimen es seguro, a la hostil capital. Una de las ciudades más caóticas y peligrosas del planeta.

Solía llamar a la casa para hablar con Carmencita, su abuela – aunque ella detestaba profundamente esa palabra. El los escuchaba hablar en voz baja por el teléfono, como si se tratara de dos quinceañeros que se están jurando amor. Era bonito, aunque nuestro héroe sintió celos más de una vez. Aún así era bonito.

Muchas veces le había invitado a visitarlo a la ciudad a la que se había mudado. El clima cálido era tentador, pero la angustia estúpida por no incomodar, sumada a la desgradable presencia del "progenitor" de nuestro héroe hicieron que nunca se materializara tal decisión. Se había aplazado como muchas que debían ser inaplazables, porque uno de los defectos que Divius nunca pudo corregir, fue la idea que siempre había suficiente tiempo para hacer las cosas, aunque la vida le hubiera demostrado que no existe suficiente tiempo para nada.

Un día antes de morir, Divius se enteró de la delicada situación de Carlitos. Su madre le había alertado al respecto y sin embargo, solo intento llamarlo una vez. No lo logró y después solo lo aplazó. Nuevamente.

La mañana de la muerte de Carlitos, Divius estaba quejándose de que no podría festejar con sus amigos si decidían que viajarían a visitarlo en su lecho de enfermo el día domingo y no el lunes. Luego de un arreglo con su madre, acordaron convencer a Carmencita de viajar el lunes a aquella calurosa ciudad. Pocos minutos después, su madre lo llamó para contarle que Carlitos había muerto. El sentido de todo plan había sido arrebatado en ese momento. Era inútil planear. La muerte había desvanecido las vida de otro hombre de buena fe, quien tal vez mereciera más el título que el propio Divius.

Carlitos había muerto. Y a Divius no le quedaba otra opción que la de aceptar que los buenos deseos, que las buenas acciones, no eran nada ante la muerte. Que probablemente nada tuviera sentido, porque la muerte se llevó tanto al mezquino como al bondadoso. Porque nadie sobrevive a su terrible sentencia.

Lo peor de todo es que lo único que Divius pudo hacer ante tal situación, fue robarle inspiración al suceso y escribir unas mediocres líneas tratando de hablar acerca de la finitud de los seres vivos. Todo para cumplir con un estándar absurdo y autoimpuesto, pues su texto aunque pueda ser del agrado de varios no lo es de él mismo, porque se nutre de la desgracia para lograr el reconocimiento.

Y así tendrá que continuar su camino conciente de una inefable verdad: la vida sigue, no importa la naturaleza de las circunstancias que vivamos y aunque decidiéramos nosotros mismos acabar con nuestra existencia, jamás escaparemos del inevitable paso del tiempo y todas sus consecuencias. Es responsabilidad nuestra no hacer nada útil con el que nos dieron. Nuestra y de nadie más.


Pic: "Some day, i'll bring you flowers, frozen flowers of death." by e³°°° licenciado bajo una Creative Commons CC. BY-2.0

Soundtrack: Maps - The Yeah Yeah Yeahs

6 may 2009

Un hombre de buena fe

Hubo una vez un hombre de grandes ambiciones. Eran tan grandes y eran tantas que aún durmiendo - o con más razón - no paraba de pensar en ellas. Eran todas impresionantes y envidiables. Algunas eran obras sociales, otras incluían dominar el mundo y solo algunas veces, nuestro querido ambicioso, añoraba ser un ser banal, aunque debía reconocer que cuando lo hacía se sentía bien.


Era un hombre de imperativos y principios a priori. Era un hombre que se embriagaba con las sensaciones más paganas pero con un sentido infinito de su propia buena fe. Un hombre aveces torpe, debemos reconocerlo, pero en medio de su torpeza siempre hubo un infinito amor hacia quienes apreciaba. Egocentrico algunas veces y superfluo en otras, pero siempre con la sensación de que debía superar su propio ser y su propia identidad para llegar a ese punto que tanto deseaba llegar.

Un día la muerte decidió entrevistarse con él. Golpeó su puerta y nuestro amigo le abrió. Ella se identificó y en medio de su estupor y después de alguna prueba de que su vistante era quien decía ser, accedió a escucharla para saber que era lo que deseaba la muerte de él.

Se miraron fijamente por un largo rato. Nuestro heroe sudaba y palidecía mientras descubría la mezcla de belleza y maldad que envolvía el rostro de su visitante. Pensó en todo lo que él quería, era y soñaba ser. El soñaba con la inmortalidad a través de sus obras.

Al final ella sonrió, inmutable se levantó para marcharse y le dijo:

No te preocupes, no eres nada, solo un fulano más que con sus ambiciones pretende vencerme.

Pic: ":P" by Esparta licenciado bajo una Creative Commons CC. BY-2.0
Soundtrack: Die Sonate Vom Guten Menschen - Gabriel Yared.

11 oct 2007

Adios...

Allí estaba ella viendo su reflejo en el agua, vio como su cabello dorado era más brillante, sus ojos verdes se veían más vivos y su boca era rosadita…tomo un papel y escribió:

“Mi vida es demasiado perfecta…no tengo asuntos pendientes con nadie…los quiero”…cerro el sobre y lo pego a la mesa que estaba al pie de la piscina.

Entro al agua…estaba tibia como le gustaba, siempre le ha gustado nadar y sentir el agua en todo su cuerpo…esta vez mojo su cabello en la primera zambullida, saco su cara y miro su casa, nado y floto un buen rato…miro el cielo y hoy estaba totalmente despejado y los reflejos del sol eran calidos, era un bonito día para encontrarse con la muerte…volvió a hundirse.

10 oct 2007

Muerto por Tí

Ese día Roxana iba al trabajo, algo cabizbaja y anormalmente meditabunda.
La reflexión y la angustia no eran comunes en Roxana, quien no tenía por costumbre preocuparse demasiado. Se trataba de una chica más bien impulsiva, algo ingenua, y bastante egocéntrica.

El problema era que hacía ya un tiempo que estaba sola, habiendo decidido dejar a Pablo seis meses atrás. Y, ciertamente, la soledad estaba comenzando a molestarle.
Había tenido ya tiempo de darse cuenta que nada interesante se encontraba en los bares o discotecas… Solo chicos inmaduros, interesados en el s-e-x-o por encima de todo, o viejos deprimidos en busca de una segunda juventud…

Que una chica como ella estuviera sola era un verdadero desperdicio, se decía mientras observaba el paso de sus bonitos pies calzados en sandalias rosas.

Así que decidió, súbitamente, que ya había tenido suficiente de esperar a que el destino se dignara a traerle un nuevo amor. No, no, no, ella era una chica práctica…y haría que las cosas sucedieran a su manera. Resuelta a forzar la suerte, trazó un plan detallado, que comenzaría a preparar esa misma noche.

Esa noche, entonces, Roxana subió al altillo y desempolvó sus viejos libros de magia, que había comprado cuando era adolescente y exploraba inconscientemente con sus amigas los caminos de lo sobrenatural.

En uno de ellos encontró un hechizo bastante simple:
“Atraer el amor a través de una antigua pasión”. El hechizo explicaba que el afecto sincero de un antiguo amante podía canalizar esta energía hacia el universo y atraer un nuevo compañero que sintiese una pasión similar hacia uno.
“Lo viejo guía a lo nuevo por los mismo caminos” decía el libro.
Solo necesitaba un poco de la energía de su antigua pareja, hervirla junto con otros ingredientes en una noche de luna nueva, y verter esta mezcla sobre un amuleto previamente escogido, y que se usaría alrededor del cuello.

Esperando ansiosa la próxima luna nueva, Roxana fue preparando uno a uno los ingredientes. Eligió como amuleto una piedra blanca que le gustaba, y que hizo engarzar. Y recuperó de una caja guardada al fondo de un armario una vieja remera que Pablo había olvidado, y que ella guardaba porque sí.

El día D, a la hora H, Roxana siguió atentamente las instrucciones:
“Un leve “puf” seguido de un humo rosado señalara el éxito de su encantamiento” decía el libro. Roxana sonrió extasiada al ver el “puf” rosado… que extrañamente viró en seguida al rojo y luego al negro. El libro no decía nada acerca de cambio de colores en el humo… “Seguro que no es nada”, pensó, y vertió un poco de la mezcla en un jarrito, en el que dejó reposar toda la noche la piedra blanca.

El primer mes no pasó nada. El segundo tampoco. El tercero Roxana estaba ya perdiendo paciencia y estaba por tirar a la basura ese libro de porquería, cuando finalmente un chico de su trabajo que le gustaba se animó a hablarle y a invitarla a salir.

Empezaron a verse y Roxana estaba feliz. Su nuevo compañero, Tomás, parecía quererla como Pablo la había querido. Algunas formas de mirarla y ciertas frases que le decía le recordaban la pasión de su antiguo amante.
Tres meses transcurrieron así en un despreocupado e intenso idilio.

El cuello de Roxana estaba siempre adornado por la piedra blanca, que ella no se quitaba ni aún cuando hacían el amor.

Tomás y Roxana estaban por cumplir tres meses de noviazgo, sin mayores contratiempos. Sería el 24.

La mañana del día 23 Roxana estaba pensando que comprarle a Tomás, cuando la sorprendió una llamada en su celular: Tomás estaba en el hospital.
Tres penosos días después, Tomás fallecía a causa de un accidente eléctrico en su trabajo… dejando a Roxana sola de nuevo, y mas triste que nunca.

Sin embargo y por suerte, el dolor fue menos intenso de lo que se podía esperar. Tal vez ella no había tenido tiempo de enamorarse profundamente…

Quizás por nostalgia, quizás por costumbre, Roxana seguía usando la piedra blanca.

Tres meses pasaron lentamente...

Roxana conoció a Esteban en la fiesta de una amiga, poco antes del tercer “mes-aniversario” de la muerte de Pablo. Comenzaron entonces una bonita relación, que duró también tres meses… luego de los cuales Esteban murió en un accidente automovilístico.

La conjunción de fechas y accidentes asustaron a Roxana, quien estaba de todas maneras decidida a no ver ninguna conexión especial en los hechos…
…hasta que Carlos Javier, a quien había conocido tres meses después de la muerte de Esteban, falleció también, esta vez de un disparo en la cabeza durante un asalto en un supermercado.… Esto acontecía justo antes de cumplirse los tres meses de noviazgo.

Ahora sí que Roxana comenzó a preocuparse en serio. Ya no había lugar para las coincidencias. Algo extraño y horrible sucedía.

Resistiéndose todavía a admitir su culpa en el asunto, Roxana decidió de todas maneras verificar el hechizo.
“Al renovar la energía de una antigua pasión, ciertos elementos de ésta pueden repetirse en la nueva” decía. “Ciertos elementos…” ¿La muerte entonces podría…?
Pero Pablo no había fallecido… ¿verdad? Es cierto que ella no había vuelto a tener noticias suyas, pero tampoco esperaba tenerlas…

Con la idea de despejar sus dudas de una vez por todas, Roxana se decidió a llamar a casa de Pablo. Le atendió su antiguo compañero de departamento…
- Ah si, Roxana, me acuerdo de vos… Que triste lo de Pablo ¿no? Aunque no me acuerdo de haberte visto en el entierro…
- ….
- ¿Vos sabías que falleció, no?

Algo desorientado por la sorpresa de la chica, el compañero le informó que Pablo había muerto el 23 de Noviembre… exactamente tres meses después de que Roxana rompiera con él… y exactamente tres meses antes de que ella hiciera el embrujo.

Si Roxana no hubiera estado tan ensimismada con sus propios deseos, o si se hubiera tomado el tiempo de terminar de leer el libro, se hubiera enterado de que, por sobre todas las cosas, la muerte es el elemento más fuerte que existe, tanto en este plano como en el otro, y su participación en un hechizo vuelve impredecibles los efectos de éste. Esto sumado al hecho de que el número tres es uno de los más poderosos…

Al parecer, la muerte de Pablo, ocurrida tres meses antes de la consumación del hechizo, causó que esta “fecha limite” se repitiera con cada nuevo amante… así, cada uno de ellos debe morir tres meses antes de la activación de la piedra, lo que deja entonces tres meses de relación, y luego tres meses en los que la piedra espera ser reactivada, al cabo de los cuales ésta atrae un nuevo amante, que tendrá otros tres meses antes de partir… Complicado, y perverso… pero así era.

Decididamente, ¡esto no era para nada el plan que Roxana tenía al conjurar el hechizo!

Mas tarde, al consultar otro libro más oscuro, Roxana encontró varias indicaciones interesantes en un capítulo que trata de la muerte.
“Solo la atadura irrevocable de la muerte a un sujeto de mayor poder en la invocación puede contrarrestar los efectos nefastos de este elemento en un conjuro.”
“La única atadura posible y suficientemente fuerte consiste en el sacrificio mortal y voluntario del sujeto mencionado”
“En todos los casos, el sujeto mas potente a ojos del hechizo será siempre el brujo que ha realizado el conjuro mismo”

Roxana cerró el libro de un golpe furioso y lo dejó sobre el escritorio.
“Un sacrificio mortal… ¡¿Mi sacrificio?!” pensaba.
El espejo que estaba encima del mueble atrajo su mirada. Se acomodó el pelo detrás de la oreja, y contempló su imagen. Observó su cabello suave y ondeado, sus ojos claros, so boca dulce… una sonrisa socarrona se formó lentamente…

“Nadie tiene porque saberlo, no?”

Es que Roxana no tenía por costumbre preocuparse o reflexionar demasiado. Se trataba de una chica más bien impulsiva, algo ingenua, y bastante egocéntrica…

2 oct 2007

Mi primer día de Muerto

El sol resplandece fuertemente sobre mi cara, siento un ligero cosquilleo en mis pies y me cuesta mucho trabajo abrir los ojos; Es la misma sensación que me dejan las fuertes resacas, pero esta vez parece ser diferente, esta vez me siento muerto.

No recuerdo nada de la noche anterior. La boca me sabe a moscas y creo estar acostado sobre la arena. Debo estar muerto; Muerto y tirado en cualquier matorral con un carnaval de Insectos sobre mi. Hasta aquí llego mi vida. De hoy en adelante soy como cualquier muerto andante que pena por ahí; sin rumbo, sin vida, sin reflejo.

¿Y ahora que? Me pregunto. Llevo mas de ocho horas tirado aquí y ya no aguanto mi propio olor a podrido. Tengo hambre. ¿Es que nadie piensa encontrarme? Sigo sin recordar nada de la noche anterior ¿Qué habrá pasado? ¿Quién me habrá matado? ¡Isabel! ¿Quién la habrá llevado a casa anoche?

¡Hijueputa’, Un Muerto! – Alguien dice

Ahora mis ojos se encandilan, pensé que estaban cerrados. Ya no siento las moscas. Ya no siento la arena. Ya no tengo hambre. Ahora solo quiero dormir... tengo una cremación a las 4.

Duermo, Siempre quise dormir así, como muerto. Me levanto tarde por que quiero y no por que tenga ganas de orinar. Ahora logro caminar, eso creo. Hay mucha gente aquí, muchos cabizbajos; no logro verles las cara a nadie, parecen aburridos, andan sin ganas como cansados.

La melancolía aparece y empiezo a recordar a los que siguen vivos. Mi alma se ilumina - Quiero Música!! Digo en voz alta. Es ahí cuando alguien medio gira su cabeza y me dice – Aquí no hay música –… Ahora yo un cabizbajo mas.

10 sept 2007

Epitafio (1)

Soila Madatu ya
1970-2007


Mujer y Amante
Tan despiadada que decidio morir
Para dejar mas de dos mil amores
Llorando por ella.

29 ago 2007

Fantasma

Me despierto demasiado temprano ese día, creo que fue excesivamente temprano, las 3:00 a.m. no es buena hora para levantarse a pensar. Pero sentí que no podía estar más dormida, ni siquiera recuerdo haberme dormido en realidad. Me quedo en la cama que esta madrugada está demasiado fría y mis cobijas no pueden calmar el viento helado que me sube por la espalda. No recuerdo haber sentido eso jamás, es extraño. El despertador suena como siempre a las 7 de la mañana y mi mamá baja a la cocina como todos los días para preparnos el desayuno. Bajo minutos después y me sorprendo al verla tan triste y tan callada, pero me sorprende más el hecho de ver que sólo prepara dos platos de comida, cuando somos 3 sus hijos, me sorprende que ni siquiera me ha dado los Buenos Días al verme allí de pie a su lado, pero supongo que aún esta enojada por nuestra discusión de ayer. Recuerdo que salí a toda prisa de mi casa y que alguien gritó mi nombre antes de olvidar lo que pasó.

Son las 10:00 a.m, mi mamá aún actúa como si yo no estuviera, mis hermanos me ignoran por igual, y cuando intento hablarles, es prácticamente como si mi voz no fuera demasiado fuerte o ellos estuvieran convencidos de que nadie les habla. Se ven tan tristes, tan vacíos, tan... solos... intento agarrar la mano de mi madre, no siente nada, es como si yo no estuviera allí. Entonces recuerdo que ayer un auto me atropelló, así, sin más y no tuve más recuerdos hasta hoy, aquí... morí... y temo que ahora sólo vivo en sus recuerdos y yo vagaré en este mundo hasta que pueda disculparme con ella, por tratarla tan mal, y viviré aquí, atada a esta casa, como un eterno fantasma...

23 jul 2007

ANIVERSARIO

...he soñado que llamabas a mi puerta un poco tensa y con las gafas empañadas. Querìa verme bien y fue la vez primera que sentìa que sabias como te añoraba. Y me abrazaste mientras te maravillabas, de que aguantara triste y casi sin aliento, hace ya tanto que no estamos abrazadas y en silencio me dijiste....lo siento....


Todas las noches se encontraban en sueños. Mónica se acostaba sin falta a las 9:30 de la noche. No importaba si era un fin de semana o un día corriente de trabajo. Todos los días a esa hora tenia la cita más importante……..en su sueño se encontraban.

La cita de hoy era especial. Mónica se puso su vestido negro y aguardó sentada en la sala de su casa. Tal vez, por ser ese día se encontrarían más tarde. Mónica estaba impaciente. Despertó. Miró el reloj y eran las 11 de la noche, era demasiado tarde para que no hubiese llegado su cita. Aún así, se paró de la cama, tomo un poco de agua y volvió a acostarse. Tal vez, sólo tal vez, la ansiedad de no encontrarse, de que el sueño fuera tan profundo que la dejara sola en esa fecha, justo esa noche, no le permitía conciliarlo.

Mónica daba vueltas en la cama, se paraba, caminaba. Mónica fumaba, no quería que acabara la noche, esa noche tan especial, pero trágica donde la cita era un asunto obligatorio. Dieron las 2, las 3 y casi las 5 de la mañana cuando Mónica concilió el sueño. Como siempre y nuevamente se colocó su vestido negro, se sentó en aquel sofá de terciopelo morado lleno de cojines de colores y aguardó. Podrían haber pasado unas dos horas, y ni el timbre ni el teléfono sonaron.

Bibib bibib bibib……….A las 9 de la mañana, el despertador sonó y Mónica se levantó sobre saltada. En su rostro aún quedaban rastros de unas cuantas lágrimas. Se levantó, se lavo el rostro, y aun empijamada regresó a su cuarto, miró el calendario, con la mirada un poco nostálgica, perdida, un tanto decepcionada y tachó: 24 de Noviembre – 5 aniversario de mamà!.

18 jul 2007

Morir Soñando.

En el lecho tibio descansó su cuerpo. Sobrado ya todo esfuerzo agónico para aferrarse a lo que gira, no supo como su frente perdió el norte y ya todo fue confuso, difuso; sin pies, cuerpo ni cabeza. Las explosiones se escuchaban a lo lejos y las balas parecían cubrir el aire.

De pronto el arrullo y la voz etérea acariciaron sus oídos. La mirada casi maternal y la sonrisa a penas dibujada en su boca carmín y perfecta, fueron imanes que a su alma sacaron del sopor, más el entorno sin tiempo volvía a dar una fría calma, que los músculos por poco se desprenden de sus huesos.

La mano pálida rozó como picaflores de pico gélido a la otra que estaba ya por terminar su ciclo, más nunca esperó que esta entrelazara sus dedos a los suyos, y que la cabeza que descansaba en su regazo se acomodara urgente entre su pechos perfectos, sin edad ni tiempo.

El peso que ahora sostenía con ayuda de sus brazos, bajó un poco la tela que cubría sus hombros de mujer eterna y guardadora de suspiros, haciendo que el hombre tendido que después dejara de existir, muriera soñando con el cuello de la muerte hermosa, rogando morir mil veces más porque esta vez subiría un poco su cabeza y ahora agonizaría entre el cenizo mar de sus cabellos.

9 jul 2007

Manos Blancas.

…y la sangre tibia empapó su espalda ávidamente. Jamás sintió lo que corto su piel. El filo envuelto en seda hizo ruido de suspiro, que se perdió en los sonidos varios del carnaval de espejos.

La blanca mano de uñas vino desapareció danzando, cadente entre las telas colgantes y el gentío, dejando atrás el cuerpo enorme, lento y miserable; aferrándose al arroyo de su vida.

21 jun 2007

Mi reflejo

Camila se levanto como todas las mañanas queriendo dormir 5 minutos mas…se baño como todos los días y se arreglo para ir al trabajo... Hoy se iba estrenar unos aretes nuevos, eran plateados y largos….eso la hacia feliz…Al mirarse en el espejo para ponerse sus lindos aretes miro su expresión, parecía contenta…sonreía como una niña cuando llega Navidad…pensó si así la veían las demás como una persona feliz… si tan solo supieran la verdad….

De repente su imagen de mujer joven desapareció y se vio reflejada como una anciana:

“Tenias que aparecer hoy!” – Le dijo a la imagen del espejo

“Recuerda que hoy es 21…ya sabes que puede pasar” – Contesto la anciana

“No tienes que recordarme lo cada mes…yo se que tengo que hacer” – Dijo Camila con rabia saliendo de su habitación.

-

El ancianato estaba de fiesta hoy era el cumpleaños de Juan Carlos, increíble que fuera a cumplir 95 años, con todo lo que había pasado, su esposa había desaparecido hace 75 años y nadie nunca supo como, así que había que celebrarlo.

“Feliz Cumple JuanCa!!” – Grito Camila, trayendo un gran pastel con muchas velitas azules y verdes.

“Gracias mi belleza…estas hermosa como todos los días” Le dijo él con un tono de alegría...”Hay un nuevo enfermero….esta muy guapo…preciso como para ti”

“Si?..” ella rió...”Pues no lo hagamos esperar, preséntamelo mi JuanCa”

“En la fiesta a las 8:00 te estará esperando en el patio...”

“No me lo perdería por nada del mundo” – Dijo Camila alzando su ceja derecha con cierta picardía en la mirada.

-

La noche estaba perfecta, cielo despejado, estrellas en cielo, media luna brillante, la brisa soplaba no mi fuerte pero se hacia sentir. El ancianato ni se diga con globos de colores metalizados y bastantes guirnaldas. Creo que ni en Año nuevo había estado tan decorado, ya no parecía una fría casa llena de abuelos si no una casa de eventos lista para la fiesta de graduación.

Eran ya las 10:00 p.m. y Juan Carlos no había sabia nada de Camila desde que la vio ayudando a sacar el buffet y empezó a preocuparse, sabia que a pesar de su corta edad no era tonta pero tampoco conocía muy bien a Hugo, el nuevo enfermero, así que se preocupo y fue en su búsqueda… En el patio solo estaban 3 enfermeras fumando así que decidió subir al cuarto de Camila….

“Te estaba esperando” Dijo Camila al verlo entrar

“Mi niña que haces?” – Le susurro Juan Carlos

“Estoy cansada ya….quiero acabar con esto de una vez para siempre”

“NO! LO PROMETISTE CAMILA….TIENES QUE SEGUIR!!!!” - Le grito Juan Carlos con los ojos fijos en Hugo quien estaba en el piso al pie del espejo desnudo con las manos y pies atados y ojos vendados.

Ella soltó en llanto y le dijo “No quiero….fue divertido por 75 años pero ya es suficiente, no quiero seguir quitándole la juventud a más nadie…ya quiero ser como debería estar”

Juan Carlos se acerco y le dio una fuerte bofetada…”ASÍ ME PAGAS MI SACRIFICIO…TU QUERÍAS SER JOVEN Y BELLA POR SIEMPRE…YO LE VENDÍ MI ALMA PARA QUE TE DIERAN EL PODER DE LA ETERNA JUVENTUD Y TU ME QUIERES DECIR QUE YA ESTAS CANSADA!!!”

“Termina tu trabajo mi niña…solo tienes que darle un fuerte beso a las 12:00 y todo será como antes….mañana yo haré pudín de chocolate para animarte” - Le dijo Juan Carlos como un abuelo le habla a su nieta…

Mientras Hugo sollozaba no entendía que estaba pasando, no comprendía las voces, solo se preocupaba por Camila, él creía que ella ya debía estar muerta en estos momentos…

Camila miro el reloj…ya eran las 12:00, se acerco a Hugo, le beso la frente y le susurro “Perdóname…realmente eres especial”, luego se le acerco a Juan Carlos y tomo el bastón que usaba para caminar y se acerco al espejo y voltio hacia el reloj y se dio cuenta que eran las 00:01…

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Al día siguiente, el ancianato era una conmoción, todos buscaban a Juan Carlos, era raro que no estuviera para el desayuno…no extrañaban a Camila ya que ella siempre bajaba después de 9:00 y ni decir de Hugo, él entraba en el turno de las 2:00 p.m.

De repente se escucho un grito desgarrador desde el segundo piso, nadie entendía que pudo haber pasado en la habitación de Camila, había 2 cuerpos y el espejo totalmente roto…

Uno era Hugo, un fuerte golpe en la cabeza con un bastón lo había matado y el otro era Juan Carlos cortado por la garganta con un pedazo de espejo.

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Había pasado semanas desde las muertes en el ancianato y habían podido lograr que no lo cerraran pero ya no había nuevos inquilinos en el lugar…hasta que volvió el día 21…

“Buenas Tardes Srta.…hay cupos disponibles” - Dijo una dulce voz de mujer.

“Claro que si Señora…como es su nombre y edad?”

“Camila…tengo 94 años…”

13 jun 2007

Hasta el final...

La noche iluminada por las cientos de estrellas que los veían
caminar por las calles de la ciudad, parecía mas bella, mas larga;
parecía mas una de esas pinturas donde todo es perfecto y el
momento se conserva para siempre en el país de los colores que
jamás perecerán.

Su idea de una noche romántica, eran velas, comida italiana en un
restaurante elegante y un paseo agarrados de las manos mientras conversaban acerca de sus planes para el futuro y discutian si la mascota de la casa debería ser un perro de raza French Poddle o un Husky Siberiano.

Se amaban, y se notaba. Ella lo miraba con ternura repasando cada una de las facciones de su rostro redondo y pálido; el la miraba de pies a cabeza recordando los momentos en los que la había hecho suya y suspiraba. Era la mujer perfecta en el momento perfecto.

Después de un largo paseo decidieron descansar un rato en una de esas banquitas de madera oxidadas, situada junto a un farolito que iluminaba el lugar con luz tenue. La ciudad estaba desierta, les encantaba así, era más fácil escuchar su respiración y con un poco de esfuerzo, podían hasta escuchar los pensamientos del otro.

Tomaron asiento y se se quedaron callados, silentes, absortos cada uno en su mundo de ideas y pensamientos. Sólo se miraban directamente a los ojos, hablando sin hablar. Se abrazaron, fundiéndose entre sentimientos que no podían explicar, haciéndose un solo cuerpo, una sola mente, un solo amor.

El aprovechó el momento y deslizó su mano sutílmente dentro del bolsillo de su larga chaqueta de cuero negro. Se apartó un poco y la besó en los labios; esos labios carnosos y bien delineados, esos labios que se habían convertido en su perdición. De repente ella emitió un ligero gemido y lo único que los separaba era un delgado hilo de saliva que se mantenía firme entre sus bocas.

Ella lo miró de nuevo e intentó articular palabras que se perdían en el silencio de aquella noche. Sin embargo, él sabía que la palabra que ella inutilmente queria decir era Gracias. Se acerco a
su oido y le susurró algo que quedará entre ellos dos para siempre, mientras ella se sumergía en el mundo de los muertos para no regresar jamás.

Se apartó de inmediato y retiró la navaja que había enterrado en su espalda. Unas gotas de sangre se escurrieron por sus dedos huesudos. Cerró los ojos y sin más preámbulos clavó la navaja esta vez en su propio corazón, le dió vuelta para asegurarse de que moriría desangrado
rápidamente y cayó de un golpe justo a los pies de su amada.

Era la mujer perfecta en el momento perfecto. Las estrellas iluminaban la noche oscura ayudando al farolito que se encontraba junto a la banca. A ella le gustaba repasar el contorno de sus labios con su dedo índice; a él le gustaba escucharla gemir mientras hacían el amor. Todo parecía tan perfecto, como en una de esas pinturas donde el amor se conserva para siempre en el país de los colores que nunca morirán.

10 jun 2007

Destellos

Mientras el poderoso motor rugía, las luces delanteras cortaban la niebla y los destellos fugaces en la vía le indicaban el camino. . .

-calma- le dijo, ya estamos llegando. . .

en sus oidos retumbaba la estridencia de la música, y el sabor de sus labios lo llamaban. . .

-debo volver- pensó. . .

-esta es mi noche, nuestra noche- se decía, no dejaba de pensar en su mirada, mientras la lujuria lo invadía, otro largo sorbo lo calmó. . .

- no me mires así - le dijo, mirándolo con sus ojos inyectados de furia,

-cuando crezcas entenderás -

los destellos de la noche se apagaron con el rechinido de unas llantas . . .

la sangre de su hijo le quemó el rostro mientras su su último recuerdo fue el sabor de aquella sangre propia.

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9 jun 2007

La Muerte soy yo.

La veo caminar y me remuerde la conciencia, su cabello negro cae hasta su cintura y su camisa sin mangas esta algo sudorosa, es una noche de calor.


Verla caminar es casi ver un amanecer, su mirada despreocupada y su sonrisa sincera es mostrada cada vez que saluda, pecas en los hombros, senos firmes y trasero altivo… cualquiera perdería la cabeza por ella, pero ella perderá mucho mas.


Me mira al pasar, noto su extrañeza, la sigo en silencio y no me ve, alla esta el callejón oscuro y el momento propicio, ella parpadea y se asusta al verme frente a ella, sonrio y trata de gritar pero un ademan mio la calla, la empujo al lugar mas oscuro, toco sus senos, toco entre sus piernas, ella esta asustada, pero inmóvil, ella esta excitada, estoy en su cabeza, esta a punto de tener un orgasmo… sonrio y mis colmillos le sorprenden, pero no grita incluso en ese momento en el que muerdo su cuello y sangra… dulce, siento su corazón palpitar fuerte, siento cuando me aprieta con fuerza, queriendo separarme pero que no me quite, siento su entrepierna mojarse y sus labios suplicar, siento su orgasmo aumentar y cuando esta en su climax siento su corazón empezar a apagarse… su sangre dulce empieza a acabarse.


La tiro contra el piso, las muertas no caminan ni tienen orgasmos, las muertas apestan y son flores marchitas… y la muerte, la muerte soy yo.