(Este cuento lo escribi en Julio del 2001 y tiene un plagio descarado a una escena de una famosa pelicula.)
Hay amores de amores y odios de odios, y muchas veces estos se entrelazan y es difícil ver sus diferencias, mas aun cuando la sangre y la familia esta de por medio.
Cuentan de un antiguo reino, quien renació de sus cenizas y dio luz a una época oscura, un reino que murió luego tal como todos lo hacen, mas su brillo aun se puede ver en el cielo porque sus proezas alcanzaron la eternidad.
Sus hombres hacían honor a su raza, grandes como solo ellos fueron, fieles amigos y poderosos enemigos del mal. Mas su linaje de reyes un día se perdió y su reino se dividió, en la espera del regreso del verdadero rey otras familias tomaron el rol de mandatario, pero solo hasta que regresara quienes ellos esperaban en profecías y cantos. Mas esto no fue obstáculo para ese reino porque aquellos encargados fueron merecedores de aquel reto, aunque tuvieron grandes problemas y padecieron mucho, pero hasta el fin se mantuvieron.
Hubo una familia, la ultima de ellas, la cual tuvo dos hijos, quienes crecieron bajo el cuidado de su padre pues su madre muy joven murió. Crecieron siempre sintiendo gran amor entre ellos, y a pesar de eso existía una rivalidad inmensa, incluso los habitantes de la ciudad que era capital del reino dividían su simpatía entre el hermano mayor y el hermano menor.
El Hermano mayor fue fuerte desde que nació y su altiva cara era la de un rey aunque sus títulos dijeran que solo era el heredero de un sustituto, siempre fue obedecido y era orgulloso, a veces demasiado, pero se hacia respetar, y siempre pretendía demostrar su supremacía física e intelectual sobre los demás, incluso con su hermano menor.
El Hermano menor, también era fuerte, pero de mas fácil sonrisa, le gustaba meditar y hablar de historias de otras épocas, amaba la lucha como el primogénito, mas no era fácil llevarlo a esta, “solo cuando es necesario” acostumbraba decir, muchas veces su silencio se confundía con sumisión, mas luego quien pensó así se dio cuenta de su error.
El Padre no ocultaba su favoritismo por el primogénito, pero como culparlo en aquella época en la que nacer primero era privilegio, pero aun mas, como culpar al padre si su hijo mayor se parecía demasiado a el, y no solo físicamente, su carácter era el mismo. Mientras que el menor siempre se pareció mas a su madre, callado y calculador, prefería la escucha al habla.
Sin embargo los dos crecieron con la misma educación, se entrenaron para grandes guerreros y lo fueron, respetados y admirados por sus hombres.
Cuentan que siendo aun muy jóvenes salieron a pasear escondidos durante la noche y el Hermano Mayor amante de los retos y queriendo demostrarle al Hermano Menor su superioridad le dijo que caminaran hasta un rió cercano y que cumplieran una singular competencia, este era nadar rió arriba hasta que las fuerzas los abandonaran quien primero se cansara perdería
El Hermano Menor acepto pues sintió que su Hermano Mayor trataba de menospreciarlo y se sintió con fuerzas para vencerlo, mas no fue así, nadaron bastante tiempo rió arriba y el segundo se sintió desfallecer, mientras que el primogénito lo dejo pronto atrás. Por mas que intento no pudo, sus músculos se agarrotaron y su cuerpo dejo de responder, a duras penas se acerco a la orilla y pronto el otro le alcanzo y con una sonrisa burlona le dijo “Soy mejor que tu, lo que quiere decir que no solo por nacimiento seré heredero de mi padre”
Y se sintió ofendido, mas guardo sus sentimientos, pues a pesar de todo esto quería a su Hermano Mayor y le apoyo en cualquier causa que este siguiera equivocado o no. Mas desde ese día siempre quiso vencerlo por lo que durante todos los años antes de separarse siguieron su singular reto, pero siempre lo perdió, aunque con el tiempo cada vez era por menos.
El tiempo paso y los jóvenes se volvieron hombres, guerreros que luchaban contra la oscuridad que se les enfrentaba y siempre fueron vencedores, muchas veces juntos, muchas veces por separado, y la gente contaba sus triunfos como si estuvieran apostando por ellos.
Un día su padre recibió noticias de una reunión de todos los pueblos de esas tierras para buscar una solución definitiva en contra del Señor Oscuro que era cada vez mas poderoso y no dudo en decirle a su primogénito que fuera en su representación. Este sonrió con satisfacción y no dudo en contarle a su Hermano Menor buscando que este se sintiera mal o reaccionara de manera egoísta, mas no fue así, le deseo suerte y trato de aconsejarle, pero el Hermano Mayor tuvo oídos sordos para estos consejos. Le dijo:
- Presiento que te enfrentaras a algo mas fuerte que cualquier hombre - dijo el Menor
- Al Señor Oscuro? - pregunto el Mayor
- No, a ti mismo
Pero no entendió esas palabras y pensó que su Hermano Menor intentaba asustarle por envidia, por lo que se porto de manera altiva y lo reto a nadar, a lo que este respondió que no le parecía prudente mas el Hermano Mayor insistió.
Pronto estuvieron en el rió, bajo las bellas estrellas que el agua oscura reflejaba de una manera singular, por un momento al Hermano Menor le pareció que le decían algo, pero no lo supo descifrar.
Se lanzaron al agua y nadaron largo rato, mas de lo que cualquier hombre nadaría normalmente, alcanzaron distancias inimaginables y quienes les vieron creyeron que los mismos Dioses de las aguas eran quienes nadaban en esas aguas.
Pero esta vez el Hermano Menor no desfalleció, si bien muchas veces sentía que sus fuerzas se iban, miraba al cielo y estas volvían, pero su Hermano pronto se empezó a quedar, y desapareció de su vista. Se detuvo y lo busco con su mirada, no lo vio, se dejo llevar por la corriente y se empezó a desesperar, no había alcanzado ninguna orilla, el rió lo arrastraba a sus profundidades y el no sabia donde.
Cuando empezaba a darse por vencido vio que de un lugar surgieron espumas, se dirigió a el y se sumergió, el agua estaba oscura y no veía nada, mas en la oscuridad algo brillo y nado a ese lugar estiro su mano en un intento desesperado y agarro la mano de su hermano. Lo llevo hasta la orilla y cuando estuvo allí le miro al rostro, estaba pálido, mucho tiempo después recordaría en un sueño esa expresión de su hermano. Como hombre de armas sabia como revivir a un posible ahogado y lo hizo, su hermano tosió largo rato y luego le agradeció sin atreverse a mirarle a la cara. Pronto y sin dirigirse palabra fueron a sus casas.
Al día siguiente el Hermano Menor fue a despedirse de su hermano y darle palabras de aliento, mas este ya había partido, fue corriendo a la alta torre blanca y observo el horizonte, presintió que no lo volvería a ver.
Boromir no pudo completar su misión y cayó bajo si mismo, su propia ambición le consumió, al morir recordó las palabras de su hermano y cuando vio a Aragorn acercarse a socorrerlo el vio a su Hermano Menor, Faramir de Gondor dándole la mano en las turbias aguas de un rió.
3 jul 2008
Hermano Mayor, Hermano Menor
Narró:
Jaime Diaz
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