(Escrito en Julio del 2006)
Hace mucho tiempo fue joven, quien sabe cuando, porque yo ya lo conocí mayor, tal vez cuando esta ciudad se empezaba a construir, tal vez cuando ni siquiera estaba.
A mi vista era inmenso y aun lo sigue siendo, pero en mi admiración de niño yo le veia omnipotente, orgulloso, terrible, El Árbol.
Recuerdo mis tardes ociosas de las vacaciones de diciembre, cuando Javier, Mauricio y yo cogíamos nuestros muñecos de Star Wars y nos íbamos a la casa de Pipe en la esquina cuya sombra cobijaba El Árbol, a veces intentábamos aventuras espaciales en el, yo siempre me pedía a Han Solo y a veces entre gusanos y hormigas teníamos fantasías superiores a las de Lucas.
A veces, simplemente no hacíamos nada, nos subíamos y mirábamos reflejos del sol entre sus inmensas ramas, siempre tupidas, tal vez hablábamos de algo, pero uno se olvida de lo que hablaba a los 11 años, seguro de Fútbol, de niñas a las que no nos atreviamos a hablar, de sueños inalcanzables e ingenuos que allí parecían cercanos, del futuro.
Javier era el mas intrépido y solía ser quien subía mas alto en el árbol, pero incluso el se había caído mas de una vez de sus ramas, yo creo que El Árbol era orgulloso y quería darnos lecciones, no quería que rescatáramos aquella cometa que siempre estuvo en su punta y siempre se negó a entregar, nunca nos partimos nada, pero hubo raspones y cicatrices que incluso hoy tenemos, que mostrábamos orgullosos, que nos lavábamos en la lluvia y en el arroyito que se formaba en la calle y que cuando era muy fuerte arrastraba a nuestro infantil cuerpo.
Pensé que el árbol duraría por siempre.
Ayer sonó mi celular y mi mamá me dijo que se había caído el árbol de la esquina, "cual esquina pregunte?", "cual mas? el grande"... sentí una presión en mi pecho y tuve que ir a verlo, había cámaras de noticieros locales y nacionales porque había caído encima de la casa destruyendo mitad del techo en incluso tumbado una pared, se había rajado por la mitad y no me dejaban acercarme, como si yo fuera un extraño para el, como si fuera un curioso mas, como si El y yo no hubiéramos compartido la mas bella de las épocas, la época de ser libre y soñar con historias que se perdieron entre sus ramas....
Alguien se acerco y me dijo que era el comejen... era Mauricio y nos miramos sabiendo que compartíamos el mismo dolor, que una parte de nuestras vidas se había ido con El, que jamas dimos las gracias.
10 jul 2008
El Viejo Árbol
Narró:
Jaime Diaz
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