El despertador sonó y marcaba las 6 de la mañana. Con un ojo medio abierto y el otro cerrado, el con una paciencia mayor a la de todos los días, bostezo. Un bostezo que parecía eterno, un bostezo que parecía ser el último, un bostezo lento.
Se levantó, se lavó la cara, se puso su uniforme. Daba igual aquel día, aquel día, daba todo igual……
Una vez listo, o tal vez no tan listo por dentro, se encontró con su compañero, su unico compañero y suspiró para decirle:
“Hermano, lo siento. Nunca entendí en que momento dejé de ser yo, para convertirme en esto. Si, ya se, prometiste tu voto de silencio. Pero dime algo, te necesito.”
Los gestos de su compañero eran cada vez más tristes, más borrosos, más intensos. Prosiguió:
“Prometo recordarte. Las mañanas en que felizmente ibas a trabajar, besabas a tu esposa y corrías feliz detrás de tus hijos. Prometo tal vez nunca odiarte, odiarte debes tu a mi porque hoy eres lo que nunca logré entender que fui. A Ana dile que la amé, que se aferre a tu recuerdo, al tuyo, el mío ya no importa, no interesa……Y sabes? Me voy. Se que no quieres hablarme, se que ya nada importa, se que aquí y ahora solo un LO SIENTO, es lo que me queda”
Su hermano lloraba, lloraba y lloraba, el quería abrazarlo, hacerle entender que ahora que el final se acercaba tenía miedo, tanto miedo que le costaba trabajo decir ADIOS, quería remendar lo sucedido, un TE QUIERO de su parte habría sido suficiente…..
Entonces secó sus lágrimas y colocó su mano en el espejo para no verse, para no ver más aquel hombre que había sido su sombra durante todo el proceso de juicio, aquel hombre que lo acompañó día y noche en las cuatro paredes de su celda, su fiel compañero, su único recuerdo de lo que el algún día fue….Miguel Mariño……..que iba a quedar atrapado ahí y que se iba a ir con el también, ese; el día de su sentencia, el día de su muerte….
El despertador sonó marcaba las 10:00 a.m. El policía se acerco a la reja, preguntó: Miguel, estas listo?.......Miguel asintió….se acercó al espejo, murmuró un TE QUIERO…Y salió……..
Ahí acostado en la camilla donde enfrentaría su muerte, Miguel temblaba. Acusado de violación y homicidio ya nada quedaba………El despertador sonó marcaba las 10:30 a.m……y Miguel, el de ayer y el de ahora como uno sólo dijeron adiós en silencio para siempre.
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4 jul 2007
Morir Viviendo
Narró:
Migu
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