18 jul 2007

Morir Soñando.

En el lecho tibio descansó su cuerpo. Sobrado ya todo esfuerzo agónico para aferrarse a lo que gira, no supo como su frente perdió el norte y ya todo fue confuso, difuso; sin pies, cuerpo ni cabeza. Las explosiones se escuchaban a lo lejos y las balas parecían cubrir el aire.

De pronto el arrullo y la voz etérea acariciaron sus oídos. La mirada casi maternal y la sonrisa a penas dibujada en su boca carmín y perfecta, fueron imanes que a su alma sacaron del sopor, más el entorno sin tiempo volvía a dar una fría calma, que los músculos por poco se desprenden de sus huesos.

La mano pálida rozó como picaflores de pico gélido a la otra que estaba ya por terminar su ciclo, más nunca esperó que esta entrelazara sus dedos a los suyos, y que la cabeza que descansaba en su regazo se acomodara urgente entre su pechos perfectos, sin edad ni tiempo.

El peso que ahora sostenía con ayuda de sus brazos, bajó un poco la tela que cubría sus hombros de mujer eterna y guardadora de suspiros, haciendo que el hombre tendido que después dejara de existir, muriera soñando con el cuello de la muerte hermosa, rogando morir mil veces más porque esta vez subiría un poco su cabeza y ahora agonizaría entre el cenizo mar de sus cabellos.

7 comentarios:

Jaime Diaz dijo...

Eso lo escribio anoche que hablamos?... se le nota, estaba inspirado.

Kuroko dijo...

Epa! mi bacano el cuento... Espero que esa inspiración no se pierda

Anónimo dijo...

Que buen cuento!!

Maya dijo...

Me gusto mucho ^^ Muy muy lindo.

Nash702 dijo...

Muchas gracias por la buena vibra y creo ya que debo dejar a la muerte de las manos hermosas por la paz, no vaya ser que me jale los pies en la noche!

(Estaría con madre, se los aseguro)

Aretino dijo...

A pesar de lo duro del campo de batalla este hombre tiene una bella manera de vivir sus últimos suspiros.

¿Sera la madre quien lo retiene en brazos? ¿Sera la muerte que bella nos ayuda a pasar esa linea?

Quien se atreve a averiguarlo. Buen relato.

Nash702 dijo...

Aretino,

Creo yo que es la muerte. La muerte hermosa de cabellos claros y manos blancas. No la huesuda que siempre nos pintan con una tremenda guadaña. Esta muerte es bella, rie y aunque fría, siente lástima de los posbres que acompaña.

Un abrazo hermano.