"La perfección no existe,
pero sígue la voz del corazón
este nunca se equivoca
y siempre te lleva a un lugar mejor"
pero sígue la voz del corazón
este nunca se equivoca
y siempre te lleva a un lugar mejor"
Valeria era artesana, una doncella muy particular, leal y sincera de corazón que fabricaba alegrías y sueños con sus manos.
A pesar de su belleza era una mujer sola que no había conocido aún eso que algunos llaman el verdadero amor y aunque tenía muchos amigos, era de pocas amigas, ya que consideraba que las mujeres de esa vereda no tenían mucho tema de conversación.
Un buen día, a su tienda de curiosidades llegó una anciana, su rostro no era familiar para nuestra heroína, pero algo en su interior se movió, y con esa calidez que la caracterizaba la atendió sin prestar mucha atención a su sensación, se acercó a su peculiar cliente, "buenas tardes, en que le puedo ayudar?" suavemente dijo y sonrió.
La anciana le respondió que deseaba que fabricara una rosa pero que por favor siguiera las indicaciones que le daría al pie de la letra porque no era una rosa común, esta rosa era un encargo muy especial de un corazón cuyo dueño se había vuelto sordo con el paso del tiempo y por esta razón no conocía el amor.
La rosa, decía la anciana, debe ser roja como la pasión, debe parecer de 4 centros, pero en realidad uno solo será su corazón será única en su especie y necesitará toda tu devoción. Al fabricarla sólo debes pensar en cosas agradables, nada que ensucie tu corazón.
La doncella, con esta última indicación entristeció.. en el fondo sabía que no podía cumplir con el encargo de la anciana pues en su mundo, la luz que irradiaba se apagaba poco a poco desconociendo de esto la razón... y aunque por largas horas se sentaba sola en su dormitorio buscando las respuestas a esta situación no podía encontrar ni una pista que la guiara a la solución....
La anciana, enfáticamente aclaró "vengo desde muy lejos, y conozco tu fama todo lo que tocas alegra el corazón así que no me iré del pueblo sin que fabriques la flor"
La artesana, salió al patio buscando el modelo de esa flor y para su sorpresa vió que todas las flores tenían un solo centro que era el corazón, sin saber porque pensó en el egoismo y regresó al salón notó que las flores no eran tan rojas como la pasión habia azules para la tranquilidad, amarillas para la amistad, blancas para la pureza, hasta verdes para la esperanza, y varios colores más.
Al ver que la rosa no existía, sentada en su escritorio trató de diseñar pero debido a su mente en blanco, no se podía inspirar. Y aunque la anciana le había recomendado que antes de trabajar saliera un rato a pasear, ella por su terquedad prefirió quedarse a trabajar alegando que la felicidad de su cliente no podría esperar...
La anciana susurró algo referente a comprender el porque de su soledad, indicando el camino a la puerta, no hizo falta rogar; en el fondo nuestra amiga sabia que eso era lo que necesitaba en verdad.
Al salir vió nuevos colores, gente nueva en la vecindad sin saber porque, esto hacía que poco a poco la rosa se dibujara en su interior; en eso se acercó un joven apuesto, de tez clara, cabellos abundantes, brillantes y negros como el carbón, alto, fornido, inteligente, agradable y al parecer de buen corazón, rodeado de mujeres que lo admiraban, amablemente la invitó a jugar, en sus manos tenía una pelota y dos artefactos más ella aceptó sintiendo una paz que no podía explicar.
En la alegría del juego tuvo una visión, la rosa más hermosa de 4 centros tenía la forma de un corazón, preguntó al joven si podría esperarla y este entristeció.
Al ver un carruaje plateado acercarse al lugar, ella comprendió y se despidió no le pidió que se quedara, quizá este seria su error...
Valeria ingresó a la tienda y terminó la flor pero la anciana no estaba, y en una nota que dejó escribió: "Es bueno hacer felices a quienes quieres, pero no olvides escuchar tu corazón, soy tu angel de la guarda y vine a decirte que vivas cada momento con emoción, no le temas a la vida y mucho menos al amor, la perfección no existe, pero sígue la voz del corazón este nunca se equivoca y siempre te lleva a un lugar mejor"
A pesar de su belleza era una mujer sola que no había conocido aún eso que algunos llaman el verdadero amor y aunque tenía muchos amigos, era de pocas amigas, ya que consideraba que las mujeres de esa vereda no tenían mucho tema de conversación.
Un buen día, a su tienda de curiosidades llegó una anciana, su rostro no era familiar para nuestra heroína, pero algo en su interior se movió, y con esa calidez que la caracterizaba la atendió sin prestar mucha atención a su sensación, se acercó a su peculiar cliente, "buenas tardes, en que le puedo ayudar?" suavemente dijo y sonrió.
La anciana le respondió que deseaba que fabricara una rosa pero que por favor siguiera las indicaciones que le daría al pie de la letra porque no era una rosa común, esta rosa era un encargo muy especial de un corazón cuyo dueño se había vuelto sordo con el paso del tiempo y por esta razón no conocía el amor.
La rosa, decía la anciana, debe ser roja como la pasión, debe parecer de 4 centros, pero en realidad uno solo será su corazón será única en su especie y necesitará toda tu devoción. Al fabricarla sólo debes pensar en cosas agradables, nada que ensucie tu corazón.
La doncella, con esta última indicación entristeció.. en el fondo sabía que no podía cumplir con el encargo de la anciana pues en su mundo, la luz que irradiaba se apagaba poco a poco desconociendo de esto la razón... y aunque por largas horas se sentaba sola en su dormitorio buscando las respuestas a esta situación no podía encontrar ni una pista que la guiara a la solución....
La anciana, enfáticamente aclaró "vengo desde muy lejos, y conozco tu fama todo lo que tocas alegra el corazón así que no me iré del pueblo sin que fabriques la flor"
La artesana, salió al patio buscando el modelo de esa flor y para su sorpresa vió que todas las flores tenían un solo centro que era el corazón, sin saber porque pensó en el egoismo y regresó al salón notó que las flores no eran tan rojas como la pasión habia azules para la tranquilidad, amarillas para la amistad, blancas para la pureza, hasta verdes para la esperanza, y varios colores más.
Al ver que la rosa no existía, sentada en su escritorio trató de diseñar pero debido a su mente en blanco, no se podía inspirar. Y aunque la anciana le había recomendado que antes de trabajar saliera un rato a pasear, ella por su terquedad prefirió quedarse a trabajar alegando que la felicidad de su cliente no podría esperar...
La anciana susurró algo referente a comprender el porque de su soledad, indicando el camino a la puerta, no hizo falta rogar; en el fondo nuestra amiga sabia que eso era lo que necesitaba en verdad.
Al salir vió nuevos colores, gente nueva en la vecindad sin saber porque, esto hacía que poco a poco la rosa se dibujara en su interior; en eso se acercó un joven apuesto, de tez clara, cabellos abundantes, brillantes y negros como el carbón, alto, fornido, inteligente, agradable y al parecer de buen corazón, rodeado de mujeres que lo admiraban, amablemente la invitó a jugar, en sus manos tenía una pelota y dos artefactos más ella aceptó sintiendo una paz que no podía explicar.
En la alegría del juego tuvo una visión, la rosa más hermosa de 4 centros tenía la forma de un corazón, preguntó al joven si podría esperarla y este entristeció.
Al ver un carruaje plateado acercarse al lugar, ella comprendió y se despidió no le pidió que se quedara, quizá este seria su error...
Valeria ingresó a la tienda y terminó la flor pero la anciana no estaba, y en una nota que dejó escribió: "Es bueno hacer felices a quienes quieres, pero no olvides escuchar tu corazón, soy tu angel de la guarda y vine a decirte que vivas cada momento con emoción, no le temas a la vida y mucho menos al amor, la perfección no existe, pero sígue la voz del corazón este nunca se equivoca y siempre te lleva a un lugar mejor"
1 comentario:
A veces olvidamos escuchar la sabiduría de esa "vocecita interior".
Saluditos
Wendy
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