8 jul 2007

DIARIO

Sábado. Vestido de paisano deambulo en este mar de alegrías. ¿Mi disfraz?, lo deje colgado en trescientos sesenta cuartos, armario de altares donde cada día inmolo un cadáver para sobrevivir. Mira mis manos, enharinadas de realidad se untan en ti para borrar los tatuajes en sangre de mi labor diaria. No dejes que mate tu inocencia. Por la virgencita linda que no...

Domingo. Hoy como todos los días voy disfrazado. Bajo esta máscara tatuada en mi están las penas, dolores y temores. El disfraz es una tradición de familia. Mi padre, por ejemplo, confeccionó el mío en todas esas tardes donde lo vi empinar y empinar y beber y beber el presupuesto de sudores, las inversiones al futuro.

Lunes. Hoy, como todos los días voy borracho, disfrazado de sobriedad a enfrentar este carnaval cotidiano.

Hoy martes voy de muerto. Enterrado en el ayer sobrevivo en tu recuerdo para poder retornar en el siguiente presente. Seguro. Algún día no regresare. Cansado de morir, embriagado de excesos ansió disfrutar la muerte de esta cotidianidad.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

que muera la cotidianidad, la rutina!!!

muy buen cuento.

Jaime Diaz dijo...

El diario de Joselito...

Anónimo dijo...

Me recuerda - MUCHO - un poema de mi padre... a ver si me autoriza para publicarlo.

Curioso.

No es lo más adecuado para mi estado de ánimo, pero me gusta igual.

Nash702 dijo...

Tres días en la vida de un pelao apodado "El Choches"

Anónimo dijo...

Pero volverá... siempre vuelve.

Anónimo dijo...

El carnaval en lo cotidiano y lo cotidiano en el carnaval!

Bueno!

Aretino dijo...

Gracias a todos por sus comentarios