21 jun 2007

Detras del espejo.

Querido hermano:

Es muy difícil para mi escribir estas palabras después de todo lo que he vivido, pero solo hasta hoy puedo tener la cordura para decir algo inteligente, solo hasta hoy las intrincadas conexiones de mi cerebro han permitido que pueda, sin ser libre del terror al que me vi sujeto, contar lo que viví para que no te pase lo mismo que a mi.

Aun recuerdo que me llamaste y te alegraste por mi porque nuestro Tío al morir me había dejado aquella vieja casona en las inmediaciones de Pradomar, aquella donde paso los últimos días y donde según nos contaron enloqueció, hasta ese día cuando lo encontraron muerto en el ático, frente a un espejo cubierto con un gran manto escarlata.

La hermosa e inmensa casa se me antojo demasiado para mi solo, sin embargo, contrariando a algunos consejos amigos que me decían que mejor era venderla y comprarme un apartamento decidí vivirla un tiempo y conocer mas de aquel extraño personaje que era nuestro tío, un erudito, un hombre estudioso, pero ambicioso que fue mas allá de lo que podía llegar a comprender el mas sabio de los hombres.

Pronto empecé a amar la casa, empecé a disfrutar la soledad, me dedique a leer y durante dos semanas casi no salí de ella... me la pasaba leyendo extraños libros que me tío guardaba en su inmensa biblioteca. Algunos venían en lenguas extrañas que no conocía, pero sus ilustraciones me aterraban y atraían de manera casi obsesiva, veía seres extraños con formas que se salían de cualquier estudio de Zoología, las anotaciones de mi tío me daban a entender que eran seres de otras dimensiones, seres que alguna vez habían vivido en la tierra y que de alguna manera habían quedado atrapados en otro lado, pero para ellos el tiempo carecía de sentido y como tal nunca seria larga la espera para regresar.

Un día, mirando su biblioteca encontré un libro particular, estaba encuadernado en una piel animal oscura y sus hojas amarillentas y frágiles mostraban escritura en latín, afuera en letras que parecían manchones rojos decía: Necronomicón.

Yo que siempre había sido curioso y muy lector sabia que se refería a aquel libro de la leyenda, aquel libro que había escrito el árabe loco que tenia conocimientos sobre seres primigenios espantosos, empecé a atar cabos y me di cuenta que mi tío se había obsesionado con el tema y en su vieja mente había enloquecido.

Esa noche no dormí bien, terribles pesadillas acechaban mi mente y todos los sueños terminaban conmigo en el ático, viendo el espejo cubierto con el manto escarlata, de repente sin querer, sin intención conciente lo quitaba... me desperté mas de una vez sudando.

Al día siguiente me levanté cansado y no me apetecía comer, trate de llamarte pero creí que era estúpida mi obsesión así que salí y di una vuelta por las playas cercanas, el día era gris pero de igual manera me sentó bien el aire y la caminata, decidí almorzar sin hambre y a eso de las 6:00 PM regrese.

Tan pronto atravesé la puerta, esa angustia y aprensión me domino de nuevo, casi en shock entre a la biblioteca y tome el libro maldito, abrí cualquier pagina y leí la inscripción que había hecho mi desgraciado tío... Detrás del espejo... y había una ilustración de un inmenso espejo, unas palabras y luego... luego... no lo recuerdo bien querido hermano, no recuerdo porque mi mente lo ha borrado para protegerse... pero era algo oscuro, la ausencia misma de la luz.

Sentí que empezaba a enloquecer y que algo me llamaba sin voz desde el ático, algo mas allá de mi voluntad me arrastro arriba y me vi de pie frente al espejo, pronunciando unas palabras obscenas, malditas, que harían temblar a nuestro mismo dios de terror, me encontré tomando uno de los lados del manto y quitándolo del espejo y vi la imagen... oh dios, dame fuerzas para no enloquecer de nuevo... lo que vi allí, querido hermano, fue la oscuridad, el mal, me vi a mi mismo, pero atrás mio estaba El, un ser mas allá de nuestro conocimiento, capaz de causar los mas grandes dolores, capaz de consumirnos... de repente la negrura me abrazó, me vi lanzado sobre unas imagenes de infiernos infinitos, llenos de dolor y sufrimiento, donde la justicia es olvidada y el odio gobierna, miles de demonios reían de mi y en mi locura empecé a gritar.

No se como salí de ese lugar, solo se que me encontraron deambulando por la carretera en la mitad de la noche... hablaba en una lengua extraña y gritaba de manera descontrolada... solo al llegar a la clínica y al recibir calmantes deje de hacerlo.

Hermano, se que este terror jamas se apartara de mi y de alguna manera creo que libere algo de ese espejo, no se si este allí en la casa, si este todavía detrás del espejo, pero te pido algo, no entres a la casa, quemala, pero no entres por amor de dios...


Dedicado a Howard Philips Lovecraft.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho...como siempre haces que uno se meta en la historia... :)

Maya dijo...

Oiga Sr. Turin, me encantó y me dio miedito >_<. No sé por qué cuando me imaginé la carta, pensé en el hermano que la leía pero dentro de la casa, y cuando terminó de leerla se dirigió al ático. Y...

Excelente la idea de esta historia ^^

Aretino dijo...

Relatos de esos que no quisiéramos que acabaran.

Debe ser el formato que no permite extendernos hasta los limites de nuestra imaginación. Pero esta historia de cartas cruzadas ampliada con toda la parafernalia del espacio escogido, Pradomar y su carga de inmigrantes, familias desterradas de un viejo continente con todos sus miedos y secretos a cuestas da para mucho más.

Jaime Diaz dijo...

La idea es que uno se imagine que pasa despues Maya... Gracias Aretino y Clau M por sus palabras, la idea fue hacer un cuento muy al estilo Lovecraft (uno de mis escritores favoritos) pero metiendole algo muy local.

Anónimo dijo...

COMO LO HACES??? SIEMPRE LO LOGRAS

Señorita Decente dijo...

que buenos cuentos los de mi amigo turin

Nash702 dijo...

Me gustó Mr. Túrin. Yo me encuentro el Necronomicón encuadernado a piel negra, con hojas desgastadas, en una casa sola... salgo corriendo por la banda derecha viejo.

Cheers!

Asthuriel dijo...

Un excelente homenaje a los cuentos de Lovecraft, señor Túrin. Necronomicon incluido. Escalofriante en la medida perfecta.

Y este me gustó mucho mas que el anterior.

Anónimo dijo...

Excelente señor Turin... se respira a Lovecraft en cada palabra.

Iván R. Sánchez dijo...

Es un gran acercamiento digno de la dedicación, le salió bonito el cuento, no me canso de felicitar a mis colegas.

Anónimo dijo...

Señor Túrin:

En realidad logró mantenerme en suspenso y que quisiera conocer qué sucedió con el Espejo.

Es una gran habilidad lograr mantener el suspenso.

Saluditos

Wendy