Alguna vez tuve la necesidad de matar un fantasma para poder seguir andando sin temores…
Lo busqué, lo enfrenté, dejé que me atrapara y lo más importante: lo seduje; usando las mismas armas de siempre.
Comprobé que se había convertido solo en eso: en un fantasma y que su presencia ya no causaba en mi vida la misma emoción que antes.
Al contrario… pararme frente a el me permitió darme cuenta que sus huellas en mi piel habían comenzado a desvanecerse.
...No fue tan complicado atraparlo…
Yo conozco su lado frágil ......y si, confieso que lo tuve muy en cuenta para poder salir de la duda.
3 comentarios:
¿Desamor? Un poco etereo, pero todo sentimiento lo es. Bonito.
Enfrentando realidades, tomando el toro por los cuernos. A veces algunos nos acostumbramos a vivir eternamente con nuestros fantasmas y otros mas afortunados los enfrentan y los sacan de sus vidas.
De hecho pensé en titularlo: Coraje, en vez de Fragilidad.. pero quise centrarme en el fantasma y no en quien lo enfrentó.
Saluditos
Wendy
Publicar un comentario