14 ago 2007

Alejandro y Sofía

¿A quién se le ocurre salir con un perfecto extraño que te cae mal y que te provoca sentimientos de odio y resentimiento cada vez que lo ves? A mí!!! Mi nombre es Sofía y si, me enamoré de un perfecto extraño que para variar, también es un perfecto idiota. Lo conocí en la fiesta de cumpleaños de mi amiga Luna; para ella, el tipo se ha convertido en uno de sus mejores amigos, para mí, el tipejo es mi peor pesadilla y para serles sincera, sólo he sido "amable" con él por el amor que le tengo a Lunita.

Yo no sé en que momento se apareció este hombre en mi vida para hacerla de cuadritos, o de rayas, o de rombos azules con amarillos encerrados en cuadros multicolores. Lo odio, simplemente por el hecho de que existe y que últimamente su mayor afición es burlarse de mi y llevarme la contraria en todo lo que digo. Todo iba extremadamente bien mientras los dos nos enfrascábamos en nuestras insulsas peleas cada vez que nos topábamos en cualquier parte, porque sí, ahora también me encuentro al patético de Alejandro hasta en la sopa y no importa que ésta sea instantánea, él de alguna u otra manera logrará aparecérseme para alborotarme el día y amargarme el almuerzo. El problema de ésto y la razón por la cuál lo odio más, es simplemente por que el muy pelmazo además de todo es tan... perfecto... si no fuera por sus ojos azules como el cielo, por sus labios carnosos y sensuales, por sus brazos perfectos para encerrarme en ellos y por su inteligente forma de insultarme y llamarme tonta, en serio lo odiaría. Pero desconozco el día en que dejé de detestarlo y hacerlo a un lado, para admirarlo y descubrir sus cualidades; muy mala idea, si me preguntan, pero el destino sabe lo que hace y yo mientras tanto seguiré oponiéndome hasta que ya no pueda interponerme más en sus designios.

Lo más absurdo de esta historia no es el hecho de que de la noche a la mañana, una mujer tan hermosa e inteligente como yo, haya puesto los ojos en un hombre creido, manipulador, inteligente y apuesto como él. Lo más insólito es haberle aceptado una invitación a salir y haber quedado rendida a sus pies. No tengo perdón de Dios, lo que tengo es ganas de estrangularlo, de cortarlo en pedazos y tirar sus restos a los cocodrilos, lo que tengo es... es... lo que tengo es que estoy enamorada de ese grandísimo pendejo.

No sé como no se me pegó la sarna cuando lo abracé, no sé cómo no se me pegó la lepra cuando agarré su mano mientras caminábamos bajo la luz de la luna, no sé como no se me derritió la boca al besarlo. Porque esa boca... tibia, entrabierta y rosada, esa boca me dejó loca, y sus besos... largos, apasionados, juguetones y eternos, esos besos saben a gloria.

Mi nombre es Sofía, tengo 18 años y esta es la historia de como me enamoré de él, de sus ojos como estrellas, de su sonrisa perfecta, de sus labios húmedos, de sus brazos fuertes y enormes. Esta es la historia de como me enamoré de Alejandro, un perfecto idiota que acabo de conocer.

3 comentarios:

Kuroko dijo...

Jope, Mayita.. Muy bacana tu historia... ¿Y serán que las niñas no saben lo que quieren?

Así es que me gusta leerte.. ^^

Alejandro Serafín dijo...

Vaya historia y a decir verdad a excepción de los ojos azules yo también me sentí aludido en tu cuento.

Esperemos que pronto suba la fiebre! Que esté blogg lo tiene todo.

Saludos con sabor a pulque...

Anónimo dijo...

Conozco varios Alejandros jejeje.

Saluditos

Wendy