31 ago 2007

De posesiones, búsquedas y esperas


Dicen que se cansó de rechazar príncipes azules con diferentes pretextos mientras esperaba aquel caballero que le fue prometido, y que cortó su preciosa melena con la misma espada que usaba cada mañana para matar dragones en la inmensidad de su solitaria habitación repitiéndose una y mil veces que eran producto de su imaginación.

En cada golpe, podían escucharse desgarradores gritos que lejos de ser pedidos de auxilio eran renuncias a un título de nobleza que coartaba su libertad pues sabía o creía saber que las princesas sólo existían en los cuentos de hadas y por esto nunca esperó ser rescatada, ni claudicó en su intento por escapar de esas cuatro paredes que la encerraban desde que nació.

Fue tanta la fuerza de su pasión y entrega a la misión de encontrar el verdadero amor, que la noche de su muerte todos escucharon como explotó su corazón en mil pedazos que se dispersaron por cada rincón de esta habitación.

Es por esa razón que no pueden entrar enamorados en esa habitación del palacio, la pasión del fantasma de Laura por encontrar el amor se apodera del corazón de la mujer en cuestión apagando su llama de amor, condenándola a vivir su espera, convirtiéndose en una extensión de su alma, en un instrumento de la eterna búsqueda de su amor en el mundo exterior...

2 comentarios:

Aretino dijo...

Guau! Corto, preciso, conciso e interesante. Felicidades

Iván R. Sánchez dijo...

Buena vaina, me gusta la combinación de generos.