Me resulta curioso el sabor de esta carne.
Es un poco dulce y creo saber porque, la paso con un poco de vino y me llama la atención que es algo blanda, pero igual me embarga la felicidad con cada bocado, tanto que una lágrima sale de mi de vez en cuando, al sentirla muy dentro de mi, al sentirla a mi lado al comer.
Tal vez deba contar la historia completa para que sepan el porque la alegría, el porque la lágrima y el porque es tan dulce la carne junto a ella.
Toca retroceder un año atrás en mi vida y decir que esa mañana salí a trotar por la bahía y la vi por primera vez, blanca y hermosa, su largo cabello negro se movía al ritmo de un labrador dorado que la arrastraba por ese corredor y casi me atropella.
- Disculpe - me dijo con su acento de Antioquia
Yo desde ese momento la ame, me habían dicho que el amor a primera vista era una utopía, me habían dicho que el amor para siempre era una mentira, pero se equivocaba y acertaba quien me había metido esas ideas en la cabeza.
Porque en serio la ame, todas las mañanas me levantaba con la ilusión de verla, mi día era triste cuando no estaba, mi día era felicidad con el simple hecho de verla y saludarla con un leve movimiento de cabeza, porque es que el amor hace pequeñas las cosas grandes e inmensas las pequeñas.
Hasta que un día me arme de valor y hable con ella, hable como nunca había hablado con una mujer, duramos horas sentados con su perro dando vueltas a nuestro alrededor contándonos nuestras vidas, mi soledad y sus desgracias, como le habían roto su corazón en Medellin y había decidido buscar trabajo para su psicología en otros lados, con la suerte que la había encontrado junto al mar, con la suerte que me había encontrado a mi.
Empecé a darme cuenta que congeniabamos en muchas cosas y a los tres meses vivíamos juntos, me contó de su maravillosa familia, de su linda hermana, de sus increíbles padres y de la vida perfecta que tenia hasta que un idiota le partió el corazón, yo le conté mi eterna soledad, mis dificultades con las relaciones, mi eterno pesimismo y la sensación de que la desgracia siempre me rondaba.
Por única vez en mi vida fui feliz, pero siempre supe que la convivencia con otra persona no era fácil, mas si esa otra persona era yo, así que tuve que ceder en muchas cosas, cedí en dejar que ella organizara mi ropa, cedí en no dejarme llevar por mis mas básicos instintos en mis relaciones sexuales, cedí en no ver tanto fútbol ni jugar tanto con mis consolas, cedí en dejar de visitar mis sitios de Internet favoritos, pero lo que si me costo trabajo fue en dejar de ver aquellos sitios porno sado masoquistas que tanto me gustaban y ella consideraba tan impropios, así que lo hacia a escondidas y cuando ella me descubría se armaba Troya.
Pero todo valía la pena, por ella, por sus ojos, por su piel blanca, todo valía la pena, incluso cuando al año me regañaba públicamente por mi tosca manera de comportarme, por no afeitarme todos los días, por preferir quedarme en casa y no ir a las mejores discotecas de la ciudad a rumbear con ella, incluso le molestaba que a mi no me importara cuando era evidente que salia con otra persona, porque al final me consolaba saber que me engañaba con uno de mis mejores amigos, que en realidad le importaba tanto como para no hacerlo con un desconocido.
El amor no es perfecto, en realidad esa es la única verdad inmensa como el cielo.
Un día llego borracha y me insulto como de costumbre, acaba de tener sexo con mi amigo y me lo escupió en la cara, yo seguí jugando con mi consola sin decir nada, se burlo de mi y mi forma de hacer el amor, se burlo de mi y mi miserable vida, pero yo jugaba El Señor de los Anillos y estaba en el ultimo mundo, cuando debía vencer a Gollum, llevaba semanas intentando pasármelo y al fin lo estaba logrando, ella me miraba y gritaba, pero yo no oía nada, de repente arranco de un jalón el cable de energía, justo en el momento de mi triunfo.
Me levante y la vi sonriendo, saboreando mi rabia, que fue creciendo y en ese momento de iluminación descubrí otra verdad, que el amor no es por siempre y que este acababa de morir como empezó, justo ahí, en ese instante fugaz.
Me dio lastima golpear su hermosa cara y verla darse con tanta fuerza en el piso, me dio lastima patearla y hacer que se callara, me dio lastima poner mis manos alrededor de su cuello y empezar a apretar mientras sus ojos miel se ponían saltones y sacaba su lengua que empezaba a ponerse morada.
Me dio lastima pero cuando ella no se movió mas, cuando permanecio quieta y quite mis manos, a pesar de esas feas marcas en su cuello, descubrí que acababa de eyacular en mis pantalones y que mas que lastima acababa de tener el mejor orgasmo de mi vida.
Mas lastima me dio tener que cortarla en pedazos porque entera no cabía en el freezer, mas lastima me da no saber que hacer con su cabeza, porque si bien me encantaría disecarla y ponerla de adorno en la sala, pienso que a lo mejor mis visitantes pueden encontrarla algo macabra.
Pero ahora, que he horneado su carne me doy cuenta que el amor es algo extraño, nunca la dejare de amar, por eso su carne me sabe a miel, por eso se que cuando la coma mi cuerpo tomara lo mejor de ella y expulsara lo mano, solo su esencia buena permanecerá muy dentro de mi, ella empezara a ser parte de mi.
Igual pasara con el labrador... no, no me lo pienso comer, que clase de persona seria si me comiera a ese perro fiel y adorable, pero el que tanto la quería también debería tener un poco de ella.
Me tomo un vaso de vino de mas y empiezo a pensar en su hermana, que ayer llamó preocupada, le mentí lógicamente, le dije que hace un par de días no sabia de ella, que su celular estaba apagado y sus pocos amigos no daban razón, ella dijo que vendría buscarla... yo la he invitado a almorzar.
25 sept 2008
Muy dentro de mi
Narró:
Jaime Diaz
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
q buen blog....q forma de escribir tan buena en la vida,son unos barbaros de la gramatica...felicitaciones, sigan asi...SUERTE!!!
Publicar un comentario