Empacó sin afán, se fumo un cigarrillo y se quedo mirando por la ventana un rato.
Orinó sin subir la tapa por ultima vez en ese baño, tiró la puerta descuidadamente y sin remordimiento en el alma bajo las escaleras silbando una canción de navidad en marzo.
En la cocina ella desayunaba sin ganas y no le había hecho café.
Ella no lo volteo a mirar, el no se despidió.
Y al final, como en los cuentos de hadas, fueron felices por siempre.
1 dic 2009
Final Feliz
Narró:
Jaime Diaz
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5 comentarios:
Ese puede ser un muy buen final feliz....suele suceder...
Tan crudo como lo es la verdad, tan cierto que nada se puede disimular.
Fabuloso!
Uff ¡Qué duro!
¡Aunque muy bueno!
Excelente, no siempre el final del dilema es solucionar el problema.
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