24 ene 2009

La melodía

El ulular del viento le hizo dar un respingo.

Eran las 3 de la madrugada y estaba muy oscuro.
Mecánicamente se asomó por la ventana por enésima vez. Contempló la calle desierta, las grises casas se alzaban melancólicamente al otro lado de la calle.

EL vendría.

Escrudiñó cuidadosamente los arbustos del jardín, pero, una neblina aparecida de la nada, le dificultaba la tarea.

EL estaba cerca.

Un escalofrío recorrió su descubierta espalda y le hizo darse vuelta. Examinó la oscuridad al otro lado del marco de su puerta. Debió cerrarla cuando pudo, aunque no hubiera servido de mucho.
Acurrucado en su cama, indefenso, con un pantalón azul claro de tela ligera y lleno de miedo, Jhon se pegó a la pared, resistiendo ese infantil deseo de cubrirse la cara con la sabana y llamar desesperadamente a su madre. Estaba solo y debía enfrentarlo.
Sus ojos distinguieron algo moverse la oscuridad de la puerta. El pánico se apodero del cuerpo de Jhon. Un suspiro salio de su boca en un vano intento de gritar.

EL estaba en la casa.

El piano de la sala comenzó a sonar una lúgubre y conocida melodía, acabando con el silencio del ambiente. Un grito de terror lejano inundo los oídos de Jhon, que cerró los ojos con fuerza en un vano y estúpido intento subconsciente de protegerse.
De pronto el aire comenzó a hacerse pesado y el frío inundó la habitación, pero no fue eso lo que hizo que Jhon comenzara a temblar. El muchacho acababa de sentir que alguien se sentaba en el borde de su cama.

Jhon se despertó sudando frío, recordaba la horrible pesadilla que había tenido. Era de noche y estaba acostado en una cama blanca, en un solitario cuarto de hospital, la puerta de entrada estaba cerrada.
-que pesadilla tan real-suspiró Jhon.
De pronto las luces del hospital se apagaron.
Se hizo un silencio absoluto durante unos instantes, pero de pronto una tétrica, pero conocida melodía de piano comenzó a sonar y la temperatura del cuarto descendió en picado mientras el aire se volvía más y mas pesado. Jhon cerró firmemente los ojos deseando despertar de nuevo. Escuchó como la puerta se abría lentamente, luego sintió como una mano helada se posaba sobre su hombro.

-¿entonces no hay avances?-preguntó irritado el detective Appleton al doctor de turno.
Levaba 3 meses investigando el extraño caso de un chico que cayó en coma una noche, lo encontraron al pie de un árbol en el patio de la casa de un amigo, al lado del cuerpo del chico había una nota que decía: “fue EL”, pero hasta el momento la investigación no había dado resultados.
-no-respondió el doctor- y ayer tuvo otra crisis de convulsiones, la peor hasta el momento. Casi lo perdemos. Las crisis son extrañamente parecidas a ataques de pánico, y es como si estuviera perdiendo la vida con cada ataque, se le nota bastante envejecido, que no salga de nosotros, pero el cabello se le comienza a notar canoso y el semblante cansado y arrugado. Algo extraño en un muchacho de veinte años. Este es sin duda el caso medico mas extraño al que se ha enfrentado este hospital hasta el momento.
-bien, manténgame informado-dijo el detective mientras se daba la vuelta. El medico le noto una marca roja en el cuello al detective.
-oiga, espere-dijo el medico-¿Qué es esa mancha roja que tiene en el cuello?
-no lo se, esta mañana me salio, debe ser una alergia.
-la madre del muchacho dijo que al chico le había salido una marca como esa la mañana del día que cayó en coma- le dijo el doctor-tenga cuidado.

Habían pasado las 2 y media de la madrugada hacia rato y el detective appleton estaba solo en su cada, haciendo investigaciones en su computadora, cuando con un estallido el computador y las luces se apagaron.
-genial, estalló el transformador-dijo el detective mientras se ponía en pie, pero de pronto escuchó una fúnebre melodía de piano dentro de su casa- un momento… yo no tengo piano…
Pero se quedó en silencio mientras un frío se apoderaba de el y caía de bruces al suelo, quieto y sin poder moverse, concentrado en aquel extraño y terrible pavor que le infundía la melodía.

4 comentarios:

Iván R. Sánchez dijo...

está chevere, me recuerda algunas historias de suspenso que he leido.

Just Me dijo...

Me gusto tambien...con un final abierto a nuestra imaginación.

Jaime Diaz dijo...

Ahh los vampiros...

Khérzad dijo...

XD, me alegra que les haya gustado... y no era vampiro túrin, al menos no en mi imaginacion... aunque ahora que lo pienso si podia serlo... nunca pensé claramente que era.