11 nov 2008

De nuevo el camino

(Este cuento y el de mas abajo fueron escritos hace ya varios años, en una epoca en que me dedique a escribir sobre la Tierra Media, espero que no sean demasiado "Tolkien" y puedan ser leidos sin necesidad de conocer la obra del gran escritor)

El camino había sido largo, y por fin se acercaba a su final, Bree se acercaba, o mejor, el se acercaba a Bree, el calor del mediodía era fuerte y el hambre le hacia sonar las tripas, a su edad el camino ya era largo, y las cosas molestaban mas.

Lo dejaron entrar sin muchas preguntas, pero con actitud sombría, como aquel que se ha ido sin avisar y ha vuelto diferente, tanto, que solo los mas viejos lo reconocerían.

Vio el cartel colgando en la entrada “El Poney Pisador” y la figura del pequeño caballo blanco le trajo recuerdos, de sus amigos, de sus vivencias, de sus penas, de sus alegrías.

Los hombres lo vieron entrar y se sobresaltaron al ver un Hobbit en Bree, había pasado mucho tiempo desde que el ultimo había vivido o venido por ahí, algunos lo consideraron como una mala señal, otros no le dieron importancia, otros, los mas viejos se alegraron por recordar tiempos difíciles que precedieron a tiempos mejores, como cuando uno recuerda el esfuerzo que le permitió conseguir grandes metas. El Hobbit sonrió y se acerco a una mesa vacía en una esquina de la posada, cerca de la chimenea. Una chica se le acerco, era muy joven, y entre el sudor y su agitación se observaba que era muy bella, sus cabellos rojos opacos rizados le caían sobre la cara y la espalda y el Hobbit no puedo dejar de notar su nerviosismo, y era lógico, jamás había visto un Hobbit, en aquella época ellos se escondían de la gente grande, se escabullían en los bosques, entre los árboles, sin ruido, tal cual ellos saben hacerlo y ya nadie visitaba la Comarca, es mas, en la mayoría de los mapas había desaparecido el lugar. Pero claro, existían las leyendas y los cuentos.

- Desea tomar algo? - pregunto la chica indecisa

- ehhhh... Si?... Si, gracias... Cerveza... - contesto el hobbit despertando de su ensueño

La chica dio media vuelta

- Espera!!! Por favor, necesito saber algo - dijo el Hobbit antes que ella se retirara

La chica volteo y lo miro con sus hermosos ojos azules bien abiertos.

- Sí... Dígame?

- Es que... Hace mucho tiempo, bastante en realidad, conocí al dueño de este lugar, Cebadilla era su nombre.... Todavía vive? - pregunto el Hobbit

- Mi padre?.... Si, vive aun, aunque esta muy enfermo, de que lo conoce? - pregunto la chica intrigada

- Bueno, una vez estuve acá y armamos un gran alboroto, seguro que no me ha olvidado - dijo el Hobbit con una sonrisa nostálgica

- Bueno, mi padre jamás ha sido de buena memoria, olvidaba dar los recados que le encargaban....

-.... Si, lo se - y se hecho a reír el Hobbit - puedo verle? - agrego

- mmmm no se, a veces amanece indispuesto y en realidad ya no ve bien - dijo la chica

- Solo quiero charlar con el, si no me reconoce, pues me voy y ya - le contesto el Hobbit

La chica lo miro un instante, recordó las historias que le contaba su padre acerca de los Hobbits y especialmente de ese grupo que una noche llego y cambio para siempre la visión que tenían en esa época de esas personillas, visión que igualmente se había perdido ya.

- Por cierto aun no se su nombre... - dijo el Hobbit

- Rosa

- Lindo nombre

- Mi padre me lo puso en honor de la esposa de un Hobbit o eso dice el, dice que fue una de las personas mas valientes que conoció- dijo la chica

- Si, lo se

- Lo conoció? - pregunto la chica

- Digamos que sin el yo no estaría acá - dijo el Hobbit

- Pero usted no parece tan viejo, es decir, se nota que ya vivió su mejor época, pero aun así... - dijo la chica, pero callo, pensó que estaba siendo algo impertinente

El hobbit soltó una carcajada

- No te preocupes, es cierto, pero del lugar donde vengo el tiempo no se cuenta como se hace acá - dijo el Hobbit entre risas

- La comarca? - pregunto Rosa

- No, no vengo de la Comarca, es decir, pase por allá, aunque ahora es muy diferente a lo que deje alguna vez, pero no, vengo de muy lejos - contesto el Hobbit

- Como es su nombre? - pregunto nuevamente Rosa

Pero un gran estrépito interrumpió al Hobbit cuando iba a decir su nombre, 2 hombres gritaban al otro extremo del lugar, se insultaban porque uno le había robado al otro, pero el otro decía lo contrario. Rosa meneo la cabeza

- Espérame un momento, no te vayas, déjame y arreglo este asunto - dijo Rosa

Se acerco a los dos tipos separándolos como pudo, los regaño y les exigió en tono autoritario que se largaran del lugar, era gracioso ver como dos tipos tan grandes eran sermoneados por una chica, pelirroja, con grandes ojos azules y delgada que no podía pasar de los 17 años. Los tipos se agarraban y la chica los volvía a separar, hasta que se calmaron y se fueron. El hobbit miraba la situación divertido, sonreía ampliamente.

- Sígueme mediano... así es como los llaman no? - dijo Rosa al acercarse al hobbit

- Algo así - y se paro detrás de ella

Siguieron detrás del mostrador donde un tipo muy parecido a Cebadilla atendía, luego seguía un pasillo con paredes algo sucias, luego una puerta sencilla, Rosa toco.

- Quién es? - dijo una voz de mujer

- Rosa!

Y entraron.

Una anciana atendía a un hombre acostado en una cama, el hombre parecía dormir, la mujer lo miraba con aire preocupado.

- Esta muy mal - le dijo a Rosa

- El señor insistió en verlo mamá, dijo que era un viejo amigo - dijo Rosa disculpándose

El Hobbit que hasta el momento había estado detrás de Rosa se dejo ver, la anciana quedo boquiabierta y el hombre intento levantarse a mirar sin éxito

- Quién es mujer? No veo! Quién es? - dijo el anciano

- Soy yo viejo, un viejo amigo y quiero hablar contigo - dijo el Hobbit acercándose a la cama

- Señor Sotomonte!!! Tanto tiempo sin verlo, aunque no lo hago bien, ya sabe, los ojos empiezan a fallar con la edad, pero indudablemente es usted, lo han atendido bien? Que tal le parece la cerveza? Tiene aun el mismo sabor? Todavía tiene esas compañías extrañas? Si, el Montaraz ese... - y siguió diciendo Cebadilla sin parar

- Ya, ya amigo, toma las cosas con calma, una cosa a la vez - dijo el Hobbit sonriendo

- Oh señor Sotomonte, es que a veces olvido que ha pasado tanto tiempo, ahora hay reyes en el sur, pero el norte cada vez es mas olvidado, e incluso el tiempo parece cambiar, me siento como un objeto que ha dejado de servir pero que se niegan a botar - dijo Cebadilla

- En cierta forma lo somos - contesto el Hobbit

- y sus amigos señor Sotomonte? - pregunto Cebadilla

- Hace tiempo partieron a encontrarse con su destino amigo - contesto el Hobbit

- Y usted? Porque ha venido? Uno de sus amigos, el señor Merry talvez, me contó que usted se había ido en una largo viaje, donde la vida es eterna - dijo Cebadilla

- Nada es eterno, ni siquiera Arda - contesto el Hobbit

- Eso creo yo también, y es malo alargar mas de lo debido lo inevitable, a que a venido señor Sotomonte? - dijo Cebadilla

- A no alargar lo inevitable... a verte por ultima vez, buen amigo e ir al sur, a hablar con los reyes - dijo el Hobbit

Se quedaron mirando en silencio largo rato, Cebadilla alargo su mano y tomo la del Hobbit, Rosa en ese momento observo que le faltaba un dedo y una lagrima se derramo de los ojos del mediano.

- Hay heridas que ni las tierras del oeste no curan - dijo el Hobbit

- Podrías dejarnos solos mi querida Rosa? - hablo Cebadilla

Rosa salió, su madre lo hizo antes, se sentó pensativa en una banco detrás de la barra, así estaba cuando su hermano le dio una palmada en su hombro.

- Levántate holgazana!!!

- Ya, ya, solo pensaba, algo que a veces deberías hacer tu - le contesto Rosa y se dirigió a atender mas clientes

Paso un rato considerable, empezó a anochecer, Rosa no se podía sacar de la mente al Hobbit, con las primeras estrellas salió el Hobbit, sonrió al verle y le pidió una cerveza, se la tomo en silencio, disfrutando cada sorbo.

- Señor Sotomonte, dormirá esta noche acá?

- eh?... No, no gracias linda Rosa - dijo el Hobbit

- Por cierto, no me ha dicho su nombre, pues si su apellido, pero no su nombre - le dijo Rosa con una gran sonrisa

- Ese no es mi apellido, tu padre se ha confundido, te contó alguna vez de alguien quien canto en esa mesa, y que de repente desapareció? - dijo el Hobbit

- Si, claro, todo el tiempo, incluso aun lo hace, estaba usted ese día acá?

- No, es decir, si, esa persona era yo - dijo el Hobbit levantándose para irse

- Bolsón!, Frodo Bolsón es su nombre!, mi padre nos hablo mucho de usted y de Samsagaz, lo recuerdo, es.... Es... Increíble... Es como ver al personaje de un cuento... Es ver al personaje de un cuento!!! - dijo emocionada Rosa

- Gracias, Gracias, pero no hagamos escándalo, dile a Cebadilla que la cerveza sigue igual y que tiene una linda hija, muy inteligente, Gracias Rosa! Cuánto te debo? - pregunto el Hobbit

- Cómo cobrarle señor Frodo? Mi padre me ha dicho que a usted le debemos el estar aquí, no se porque, pero le creo - dijo Rosa

El Hobbit sonrió

- Gracias Rosa


Frodo empezó a caminar por el sendero que salía del Poney Pisador hacia la salida de Bree, algunos se asustaron al oírle cantar, otros pensaron que era un borracho mas, otros, los mas viejos y Rosa, escucharon atentamente y con deleite la letra de la canción:

El camino sigue y sigue
Desde la puerta
El camino ha ido muy lejos,
Y si es posible he de seguirlo
Recorriéndolo con pie decidido
Hasta llegar a un camino más ancho
Donde se encuentran senderos y cursos.
Y de ahí a donde iré? No podría decirlo

Esa noche el viejo Cebadilla murió, Frodo recorría un viejo camino por segunda y ultima vez.


Turin Turambar
Jaime Díaz Uribe
Marzo 29 del 2001

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